En la época primitiva, la actividad física resultaba fundamental para la supervivencia humana. En este periodo, la vida era una lucha constante por la supervivencia; y la capacidad para cazar, recolectar y protegerse era crucial para la existencia, pues el ser humano, lo quisiera o no, debía realizar una serie de actividades que le permitieran nutrirse y alimentar a su familia, por ejemplo:
• Caza y recolección: eran actividades fundamentales para la supervivencia y requerían una gran cantidad de fuerza, resistencia y agilidad.
• La protección y defensa de la comunidad eran también importantes y requerían habilidades físicas y de combate.
• Supervivencia en entornos hostiles, como desiertos, selvas y montañas: requería una gran capacidad para adaptarse y superar obstáculos.
Sin embargo, aunque el hombre no tuviera conciencia del deporte al realizar estas actividades, empezaban a desarrollar habilidades físicas como la fuerza, la resistencia y la agilidad, esenciales para la conservación. También mejoraban la coordinación y el equilibrio: la práctica de actividades físicas como la caza y la lucha permitía mejorar la coordinación y el equilibrio; y pasaba algo muy importante: el fortalecimiento de la comunidad, pues el deporte y la actividad física también fortalecían la unidad y organización, ya que permitían a las personas trabajar colectivamente, sin jerarquías.
Entre algunas de las actividades posiblemente denominadas como deportes primitivos están los siguientes:
• La lucha era un deporte común en muchas culturas primitivas y se utilizaba para resolver conflictos y demostrar fuerza y habilidad.
• Las carreras eran también una competencia popular y se utilizaban para demostrar velocidad y resistencia.
• La caza era una actividad fundamental para la supervivencia y requería habilidades físicas y de estrategia.
La actividad física en la prehistoria resultaba fundamental para la supervivencia humana. La práctica de actividades físicas permitía desarrollar habilidades corporales, mejorar la coordinación y el equilibrio y fortalecer la comunidad. Y aunque desde entonces los deportes han evolucionado mucho, su importancia para la salud y el bienestar son importantes para las personas. Aunque la supervivencia ya no depende directamente de la capacidad física, la práctica regular de ejercicio y deporte tiene numerosos beneficios para la salud física y mental. Por ejemplo:
• Mejora de la salud cardiovascular: la práctica regular de ejercicio aeróbico ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejora la salud del corazón.
• Control de peso: la actividad física habitual ayuda a controlar el peso y a reducir el riesgo de obesidad y enfermedades relacionadas.
• Mejora de la salud mental: el ejercicio y el deporte ayudan a reducir el estrés y la ansiedad y mejoran la salud mental.
• Fortalecimiento del sistema óseo y el muscular: la práctica normal de ejercicio de resistencia ayuda a fortalecer huesos y músculos, reduciendo el riesgo de osteoporosis y lesiones.
Actualmente, las formas de practicar deporte y actividad física no son las mismas que al inicio de la civilización; existen diferentes deportes clasificados según el número de participantes, y actividades físicas relacionadas al interés físico y social:
• En equipo: futbol, baloncesto, volibol, etc.
• Individuales: atletismo, tenis, natación, ciclismo, etc.
• Actividades recreativas: caminar, correr, yoga, etc.
• Entrenamiento en gimnasio: pesas, “cardio”, etc.
¿Y cómo podemos incorporar el deporte y la actividad física diariamente sin que signifique una carga más a la jornada?
Primero y muy importante: encontrar un deporte o actividad que te guste y que te motive a practicarlo regularmente; segundo: crear un horario de ejercicio y ceñirse a él para asegurarse de que sea practicado debidamente; y tercero: se puede incorporar la actividad física en la rutina diaria, como caminar o correr al trabajo, o hacer estiramientos en la oficina.
Recordemos que el deporte y la actividad física son una inversión para nuestra salud y bienestar a largo plazo. Al incorporar el ejercicio como parte integral de nuestra rutina, experimentaremos una transformación positiva en nuestra jornada diaria: aumentará nuestra energía y vitalidad y disfrutaremos una vida más plena y satisfactoria.