El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acorraló a su homólogo de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, con un video proyectado en la Oficina Oval el miércoles 21 de mayo, en el que se observan “imágenes de violencia” en zonas rurales y declaraciones del político sudafricano Julius Malema, como supuesto respaldo a su afirmación de que existe una persecución sistemática contra la población blanca en ese país.
Durante la reunión, Trump acusó al gobierno sudafricano de permitir “genocidio” contra agricultores blancos; por su parte Ramaphosa negó las declaraciones de su interlocutor y defendió el sistema democrático de su país.
A pesar de su explicación, el mandatario estadounidense rechazó cualquier argumento y agitó artículos impresos que, según él, validaban su postura.
Con dicho material videográfico, Trump justificó la admisión de 59 afrikáners como refugiados en Estados Unidos, un movimiento que contrastó con la política restrictiva de su administración hacia otros solicitantes de asilo.
La medida se acompañó con la congelación de ayuda financiera a Sudáfrica y la expulsión del embajador sudafricano, como respuesta a una ley de tierras que Trump calificó de “discriminatoria”.
La escena recordó el episodio con Volodymyr Zelensky, presidente de Ucrania, ocurrido el pasado 28 de febrero, cuando Trump también arrinconó al presidente ucraniano con acusaciones, aunque en esa ocasión evitó el uso de recursos visuales.