“El futbol tiene algo de lucha por la vida, por eso la miseria forma mucho más que la riqueza”, dijo al autor de este libro (Ciudad de México, 1956) el exjugador, director técnico y analista deportivo Jorge Valdano, quien con esta analogía explicó por qué dicho deporte ha tenido tanto éxito a nivel mundial como espectáculo popular y producto mercantil de los medios de comunicación masiva.
Con esta imagen, Valdano recordó, asimismo, que la mayoría de los futbolistas famosos nacieron en hogares de barrios rurales o urbanos humildes; como infantes y adolescentes patearon bolas de trapo o papel, latas de refresco o cerveza; anotaron o evitaron goles en porterías habilitadas con piedras y que fue en los torneos amateur donde fueron descubiertos por los “veedores” de los clubes profesionales.
Que algunos de ellos, además de su estatus socioeconómico, cuando se hicieron famosos cambiaron de nombre, ciudad, país e incluso hasta de modo de hablar porque sus contratos (“fichajes”) y las marcas comerciales en sus uniformes les aportaron multimillonarias ganancias en Alemania, España, Inglaterra, Holanda, Italia, Francia, Brasil, Argentina, Uruguay y otras naciones de América Latina.
Valdano (Santa Fe, Argentina, 1955) recordó también que el futbol es el deporte “más eficiente para vender zapatos y camisetas” porque los jugadores “número 12” (público), los dueños de clubes, los medios de comunicación masiva y los dirigentes de las federaciones nacionales y de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) los convierten en ídolos, santos y hasta “dioses” paganos.
Por ello Juan Villoro, en Dios es redondo (2006), explica que en ningún otro deporte se admiten tan altas “cuotas de histrionismo” para engañar a los árbitros, ni se generan tantas pasiones insanas y violentas como las que en 1969 llevaron a los gobiernos de Honduras y El Salvador a la popularmente llamada Guerra del futbol.
Pero el objetivo primario del novelista y ensayista en este compendio de crónicas literarias, análisis deportivos y entrevistas –como lo evidencia el título que le dio– es el de encomiar al futbol como un deporte que “exige una mente tan rápida y certera que debe confundirse con los reflejos” y reconocer que los “baños de irrealidad” que algunos de sus actores reciben los hace “perder el piso”.
En respuesta a la pregunta que le hizo Villoro de si lo más importante en un partido de futbol es el resultado, Valdano dijo: “Ésa es una manera bastarda de ver el futbol. Importa la ambición, la audacia, la aventura, la entrega generosa de todos en defensa de una idea grande”.
Los “responsables del azar” que se juega a patadas más mencionados en la compilación son Edson Arantes do Nacimento (Pelé), brasileño; Diego Armando Maradona y Alfredo di Stefano, argentinos; y Zinedine Zidane, francés; y los entrenadores César Luis Menotti (argentino), Helenio Herrera (español) y Johan Cruyff (holandés).