Con 26 votos a favor y 19 en contra, la propuesta para gravar con un 5 por ciento las remesas enviadas por migrantes desde Estados Unidos hacia sus países de origen fue aprobada en la Cámara de Representantes; sin embargo, aún debe ser revisada y discutida en el Congreso.
En este contexto, el Centro de Estudios Monetarios de Latinoamérica (Cemla) y BBVA advirtieron que los trabajadores migrantes son sensibles a los costos asociados a las remesas, por lo que la imposición de un impuesto podría llevarlos a recurrir a alternativas informales y no reguladas.
Jesús Cervantes González, director del Foro de Remesas del Cemla, señaló que si la medida también avanza en el Congreso estadounidense, los migrantes podrían optar por el uso de remesas digitales y criptoactivos para enviar dinero a sus familias. No obstante, advirtió que ello implicaría la pérdida de información y transparencia en las operaciones, lo cual sería “indeseable e ineficiente”.
Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA México, coincidió en que los migrantes podrían recurrir a transferencias bancarias y transacciones mediante empresas fintech; sin embargo, subrayó que estas opciones aumentarían el costo del envío.
Finalmente, afirmó que, de aprobarse la nueva tarifa, alrededor de cuatro millones de los 13 millones de mexicanos que residen en Estados Unidos quedarían sujetos al nuevo gravamen.