El 13 de mayo de 2024, un total de 11 personas fueron asesinadas en el ejido Nuevo Morelia, en Chicomuselo, durante un ataque perpetrado por grupos criminales que luchan por el control del territorio en la sierra de Chiapas; a un año del hecho, los pobladores aseguraron que la situación no ha mejorado y que persisten en el dolor, la indignación y la impotencia.

Los habitantes realizaron una conmemoración en la que exigieron justicia, paz y seguridad, ya que, tras la masacre, grupos armados los han obligado a actuar como escudos humanos, han sido desplazados de sus hogares, también han sido víctimas de abusos por parte de las fuerzas de seguridad que supuestamente debían protegerlos.

A lo largo del evento, los asistentes señalaron que la promesa de seguridad y justicia sigue sin cumplirse, y que su regreso a las comunidades no responde a una mejora en las condiciones, sino al temor de perder sus bienes y patrimonio debido a los constantes saqueos.

Los participantes recordaron a las víctimas de la masacre con la colocación de un altar maya; además, aseguraron que las voces de sus pueblos han sido silenciadas por las armas y pidieron que la paz no se entienda como una militarización, sino como una verdadera justicia que asegure la libertad y los derechos humanos de los habitantes de la región.