La Organización de Naciones Unidas (ONU) Mujeres advirtió que los recortes sostenidos en la ayuda extranjera amenazan la operación de cientos de organizaciones de féminas en contextos de emergencia; además, ponen en riesgo la respuesta humanitaria global y debilita su estructura operativa, ya que las agrupaciones lideran gran parte de la asistencia directa a mujeres y niñas afectadas por conflictos, desastres naturales y desplazamientos.

Actualmente, 308 millones de personas requieren asistencia humanitaria en 73 países, donde las mujeres y niñas enfrentan las consecuencias más graves, entre ellas: muertes por causas relacionadas con el embarazo, desnutrición aguda y violencia sexual.

A pesar del aumento de las necesidades, la ayuda internacional ha disminuido, y muchas organizaciones que trabajan en la primera línea ya no logran mantener sus servicios básicos.

Según el informe At a Breaking Point, difundido por ONU Mujeres, 9 de cada 10 organizaciones dirigidas por féminas enfrentan recortes presupuestarios. El estudio, que recoge datos de 411 agrupaciones en 44 contextos de crisis, muestra que el 47 por ciento prevé cerrar en un plazo de seis meses si no cambia el flujo de financiamiento. El 51 por ciento ya suspendió programas clave, incluidos aquellos que brindan atención médica, acceso a protección, apoyos en efectivo o ayuda a sobrevivientes de violencia.

Al respecto, Sofía Calltorp, jefa de Acción Humanitaria de ONU Mujeres, expresó preocupación por el retroceso en derechos y la pérdida de servicios esenciales. “La situación es crítica. Las mujeres y niñas no pueden perder los recursos que les ofrecen estas organizaciones. Apoyarlas no representa sólo un asunto de justicia, sino una necesidad estratégica para sostener la estructura humanitaria”, señaló.

Agregó que el 72 por ciento de las organizaciones reporta despidos, muchos de ellos masivos, lo que limita su capacidad de respuesta ante emergencias.

Frente al escenario adverso, ONU Mujeres y diversas organizaciones exigen a los gobiernos y donantes restablecer y ampliar el financiamiento. Subrayan que estas agrupaciones no solo sostienen comunidades enteras durante las crisis, sino que también lideran procesos de recuperación con eficacia, conocimiento local y enfoque centrado en derechos.