Por lo menos dos mil 600 teléfonos Android falsificados quedaron en manos de cibercriminales, luego de que una nueva variante del troyano Triada otorgó el acceso remoto al sistema, lo que permitió el robo de datos personales, redirigió las llamadas, secuestró cuentas y facilitó el robo de criptomonedas, sin que las víctimas detectaran actividad sospechosa en sus dispositivos.

Investigadores de la firma Kaspersky informaron que esta versión del virus ya venía instalada en los equipos desde fábrica. El hallazgo reveló una infiltración directa en la cadena de producción de teléfonos distribuidos por canales no oficiales, donde los dispositivos circulaban como si fueran originales.

Explicaron que el código malicioso apareció incrustado en una de las capas más profundas del sistema operativo Android. Esta ubicación impidió su detección con herramientas de seguridad convencionales y bloqueó cualquier intento de eliminación por parte del usuario.

Por lo anterior, los expertos recomendaron adquirir teléfonos únicamente en tiendas autorizadas, revisar el modelo y certificado del equipo, utilizar software de protección móvil confiable y evitar el uso de carteras digitales en dispositivos sin garantía de autenticidad.