Este libro es la confesión autobiográfica de un joven intelectual que a la edad de 30 años se obstina en buscar en Argentina un vínculo de identidad nacional “nuevo” y distinto al que los migrantes de varios países de Europa –entre ellos Inglaterra, Italia, Francia y varias naciones eslavas– le habían configurado étnica y culturalmente después de ser colonia española. 

De la intensa lucha que Mallea (Bajía Blanca, 1903-Buenos Aires, 1982) sostuvo en ese periodo, surgió un poema de amor patrio desgarrado pero rico en entonaciones poéticas y en la búsqueda de paisajes rurales como el de las pampas, las áreas aledañas del río de La Plata, del Atlántico y las Islas Malvinas, a fin de alejarse de los entornos predominantemente urbanos de Buenos Aires, Rosario y Mendoza. 

El poema en prosa de Mallea incluye notas sobre el viaje que hizo a Europa en 1932 a fin de alejarse de esa “pasión”, el cual le permitió entender mejor sus contradicciones internas y reencontrarse con Argentina gracias precisamente a ese deliberado alejamiento físico e ideológico.

En su ensayo autobiográfico, el autor incluye algunas críticas muy genéricas pero claras al discurso demagógico, apologético y “burgués” o “pequeño-burgués” de los gobiernos, parlamentos, universidades, periódicos y centros de arte, teatro, música, etc., a fin de contrastarlo con el habla silenciosa y generosa del país “invisible”, es decir, la Argentina rural y gaucha de Martín Fierro. 

Desde el prólogo de Historia de una pasión argentina (1937) Mallea advierte que sus reflexiones fueron llevadas a su extrema consecuencia porque no lo dejaban en calma, debido a que “cada día veo a la Argentina actual desnaturalizarse en uno u otro acto... de pronto está presente, de pronto está perdida”. Y sin matices dice a sus paisanos: “Sí, llevas adentro, pueblo profundo de la Argentina, pueblo silencioso y dramático, en su no hablar y estarse haciendo por dentro”. 

Una muestra adicional de la riqueza filosófica y literaria de este libro se halla en frases como las siguientes: “El viento alimenta dos cosas: el trabajo y el sueño del hombre…Las tiranías son las formas sociales de la avaricia… La dictadura es un paréntesis luctuoso”. 

Mallea es autor de más de 40 libros, repartidos por igual entre novelas y ensayos.