China ha rechazado la nueva ronda de aranceles impuestos por Estados Unidos, los cuales alcanzan un total de 104 por ciento, incremento que anunció la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.

Entre los aranceles incluyen un 50 por ciento inicial y un excedente del 54 por ciento debido a tasas recíprocas globales, mismas que entrarán en vigor el 9 de abril de 2025.

En respuesta, el gobierno chino prometió "luchar hasta el final" y advirtió que tomará "acciones contundentes" para defender sus derechos e intereses legítimos, según declaraciones oficiales.

A través de un comunicado, el Ministerio de Comercio de China calificó las medidas de Estados Unidos como "una práctica unilateral y abusiva" que "carece de fundamento". Además, afirmó que "los llamados aranceles ‘recíprocos’ impuestos por Estados Unidos no se ajustan a las normas comerciales internacionales y constituyen un acto de extorsión que no aceptaremos bajo ninguna circunstancia".

La Comisión Arancelaria del Consejo de Estado chino denunció que "esta práctica de Estados Unidos socava gravemente los derechos e intereses legítimos de China y es una muestra típica de intimidación unilateral".

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lin Jian, reforzó esta postura el 7 de abril, al declarar que "la presión y las amenazas no son la forma de tratar con China. Salvaguardaremos firmemente nuestros derechos e intereses legítimos".

Asimismo, China anunció que, a partir del 10 de abril, impondrá tasas adicionales del 34 por ciento a las importaciones provenientes de Estados Unidos como represalia directa.

Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Leavitt, justificó los aranceles impuestos al gigante asiático, partiendo de que más de 70 países han negociado acuerdos comerciales con el presidente Donald Trump, e instó a China a "traer sus mejores ofertas".

"Si China no negocia, responderemos con más fuerza", afirmó la vocera; sin embargo, China ha dejado claro que no cederá ante lo que considera "chantaje económico".