Del abandono del gobierno a los jóvenes más vulnerables de México y del fracaso de los programas sociales destinados a protegerlos habla nuestro Reporte Especial, esta semana.

A pesar del reparto de dinero a través de becas escolares y programas sociales como “Jóvenes Construyendo el Futuro” y de haberse informado, a fines del sexenio de AMLO, que se había beneficiado a cerca de tres millones de jóvenes y destinado 130 mil millones de pesos a través de dicho programa, analistas especializados en el problema coinciden en que la juventud ha sido abandonada, porque el reparto de dinero no es la solución de fondo.

Los jóvenes que no estudian ni trabajan suman mucho más de tres millones y están expuestos al peligro de ser víctimas de organizaciones delictivas que ofrecen un pago más alto que el gobierno; prueba de esto es que el reparto de dinero no disminuyó el número de mexicanos de 18 a 29 años que se integró a las bandas delictivas y el número de desaparecidos fue en aumento, como está demostrando el descubrimiento de centros de entrenamiento criminal y campos de exterminio donde los restos humanos son en su mayoría de jóvenes. Aunque se incrementó el monto del dinero repartido a los “Jóvenes Construyendo el Futuro”, los problemas que se pretendía resolver han persistido.

El reparto de dinero ha fracasado, el número de jóvenes integrados al crimen aumentó en el sexenio de AMLO y hay pruebas recientes de que persiste en el sexenio actual. Repartir dinero no ha sido la solución: 130 mil millones no fueron suficientes para proteger a los jóvenes ni para combatir, investigar y reforzar los servicios de inteligencia contra el crimen.

La lucha contra la corrupción tampoco tuvo éxito. En sus revisiones, la Auditoría Superior de la Federación ha descubierto numerosas irregularidades que despiden un fuerte olor a corrupción, lo que demuestra que estos programas sociales abandonaron a la juventud que hoy está inerme ante las acechanzas de las bandas de criminales.

Dice un dicho cristiano que “de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno”; así parecen demostrarlo las intenciones del gobierno de AMLO, que pretendía erradicar la corrupción en la administración pública y evitar que la juventud cayera en manos del crimen; una de sus grandes soluciones fue el reparto de dinero, para lo que efectuó recortes y transferencias de otras partidas presupuestales. Los resultados han sido hasta ahora negativos: el número de jóvenes reclutados por bandas criminales ha aumentado alarmantemente y la corrupción ha permanecido en la administración pública; estos hechos son el resultado de una política errónea que se convirtió en su contrario; la protección de los jóvenes se convirtió en abandono frente a los riesgos del crimen.