En el municipio de Apatzingán se encuentra la comunidad El Alcalde, sitio considerado como pueblo fantasma ya que las calles están vacías, las casas cerradas y los centros de abastecimiento de alimentos también lucen abandonados, esto por la violencia que se vive en esta localidad del estado de Michoacán.

En el poblado, de acuerdo con reportes locales, se observan sólo cinco viviendas ocupadas por alrededor de 20 personas, quienes se mantienen pese a que los vecinos comenzaron a abandonar el poblado hace tres años por la violencia, el miedo y abandono.

En la comunidad las casas están siendo saqueadas por presuntos integrantes del crimen organizado, quienes además intimidan a los pocos pobladores con frecuentes balaceras; la iglesia del pueblo permanece cerrada y con vestigios de los ataques, como láminas destrozadas en el piso y entre las bancas.

Se sabe que los caminos están minados con explosivos ocultos, convirtiendo cada paso en una amenaza mortal "se ve como escarbado… donde parece recién abierto o algún objeto en la vía. Hay que evadir cualquier cartón, bolsa u objeto", comentó a los medios un residente que prefirió el anonimato por temor a represalias.

Un campesino de la región comentó que la única forma de salir a trabajar es con la luz del día, ya que durante la noche los enfrentamientos son más frecuentes.

Las escuelas en El Alcalde permanecen cerradas, y la educación se ve interrumpida constantemente. Desde hace ocho meses, los maestros no llegan debido a los riesgos, y las instalaciones son ocupadas temporalmente por fuerzas policiales federales, las cuales se retiran después de unos días, dejando la comunidad vulnerable nuevamente.

Pese a la violencia, el gobierno estatal reporta que sólo 15 familias abandonaron El Alcalde en el último desplazamiento, y aseguran que retornarán para retomar su vida cotidiana.