El Papa Francisco I fue dado de alta el pasado fin de semana, luego de haber permanecido hospitalizado durante 37 días debido a una doble neumonía. Ahora, deberá reducir al mínimo sus actividades durante al menos dos meses para recuperar su salud, según informó su equipo médico.

La Santa Sede también reportó que, para llevar a cabo la recuperación del pontífice, se han comenzado a implementar modificaciones en su residencia, la cual ha sido equipada con atención médica permanente.

Además, informó que, debido al tratamiento recibido durante su convalecencia, que incluyó el suministro de oxígeno, el pontífice perdió el uso de su voz, por lo que continuará con sesiones de rehabilitación para recuperar el habla.

En consecuencia, se han suspendido las intervenciones públicas habituales del Papa, incluidas las homilías en las misas y la catequesis de los miércoles en la Plaza de San Pedro.

Los médicos también recomendaron al Papa evitar eventos colectivos. Por esta razón, hasta el momento no hay información acerca de su participación en las celebraciones de Semana Santa y Pascua, fechas clave para la Iglesia Católica.