Manuel Fernández Rodríguez, hijo único de una familia de la oligarquía agropecuaria de Costa Rica en la primera mitad del Siglo XX, revela en una carta y una serie de notas autobiográficas destinadas a su novia de juventud que la causa de su entrega a la soledad y la soltería se debieron a que durante su infancia y adolescencia sufrió el desamor y la desatención de sus padres.

De esta relación de amor-odio derivaron otros afectos, aficiones y distracciones que marcaron su juventud, entre los que resaltaron una intensa relación de amor con esa primera novia (anónima), quien en Europa se convirtió en exitosa artista plástica; una provechosa residencia temporal en París; un bachillerato ventajoso en una escuela privada de Suiza; y su nutricia amistad con Samuel Jewson.

Acerca de éste, Manuel informa que fue un joven judío inglés, heredero de un emporio comercial, de quien asimiló conocimientos básicos del socialismo fabiano y marxista, doctrinas políticas que dos décadas más tarde lo llevaron a convertir en una cooperativa laboral la hacienda cafetalera El Retorno que había pertenecido a sus padres. 

La historia ficticia se desarrolla entre 1917 y 1949, un año antes del término de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y cuatro después de la Segunda (1939-1945), años en los que la “Suiza de América” cayó en un periodo de inestabilidad gubernamental en el que hubo golpes de Estado –entre ellos el de Federico Tinoco a Alfredo González Flores–, varias presidencias efímeras y dos rebeliones de José Figueres Ferrer, una civil y otra armada al frente de una guerrilla entre 1944 y 1949.

Algunos personajes de El pasado es un extraño país (1993) son citados con sus nombres de entes históricos, entre ellos el dictador Federico Tinoco y el presidente González Flores; y otros como Bernardo Fernández, El General; su esposa Adela Rodríguez, el propio Manuel, su nana Josefa, su prima Enriqueta, la pintora anónima, y Samuel Jewson, que al parecer invocan a entidades también históricas aunque poco conocidas. Jewson, por ejemplo, habría participado en la Guerra Civil Española (1936-1939) y desaparecido en un campo de concentración nazi en la Segunda Guerra Mundial.

Daniel Gallegos Toyo (San José 1930-2018) fue actor, director y autor de teatro y de otras tres novelas. En el texto aquí reseñado es manifiesta su ideología progresista, como lo evidencia la frase atribuida a Jewson de que el “gene de Marx es muy brillante”; su queja de que el imperialismo yanqui influyera mucho en Costa Rica a través de la empresa bananera United Fruit Company (Mamita Yunai), así como varias expresiones racistas aplicadas por sus ancestros a los “indios chorotega” y los “negros jamaiquinos”.