China y Sudáfrica lograron establecer el enlace satelital cuántico más largo del mundo denominado Jinan-1, conectado a una estación portátil en la Universidad de Stellenbosch, a 12 mil 900 kilómetros en órbita baja de la Tierra. Este avance, publicado en la revista Nature, representó el primer envío de claves cuánticas (QKD, por sus siglas en inglés) seguras en el hemisferio sur, con la transmisión de 1.07 millones de bits para cifrar imágenes. 

La QKD utiliza fotones para enviar claves secretas; si alguien intenta espiar, el estado de los fotones cambia, lo que permite su detección. China, que ya cuenta con una red terrestre cuántica de dos mil kilómetros, amplió las conexiones globales con satélites. En 2017, estableció una conexión con Austria a siete mil 600 kilómetros, y con Sudáfrica, duplicó esa distancia. 

El estudio destacó: “demostramos cómo distribuir claves cuánticas desde un satélite a varias estaciones, combinando luz normal y cuántica para comunicaciones seguras al instante”. El satélite Jinan-1, de 23 kilogramos, y la estación, de 100 kilogramos, resultan más pequeños y económicos que el satélite Micius de 600 kilogramos, utilizado en 2017. 

Este avance podría permitir la protección de datos gubernamentales, bancarios y militares, aunque la tecnología aún está en fase de pruebas. Además, se investiga la posibilidad de "teletransportación" cuántica de información para el futuro.