“No hay nada de trabajos, es una burla para nosotras las víctimas”, lamentó Elia Cervantes, del colectivo Familias Unidas por Nayarit, tras recorrer el rancho Izaguirre para observar los "avances" en el caso del llamado “campo de exterminio” en Teuchitlán, Jalisco.
La invitación para acudir al rancho Izaguirre para observar los trabajos de investigación fue extendida por el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero. Más de 300 personas, entre familiares de desaparecidos, activistas, académicos y periodistas, respondieron al llamado.
Según los asistentes, las autoridades les ofrecieron un recorrido por el rancho, pero este se limitó a determinadas zonas y no se permitió hacer preguntas a los peritos.
Al respecto, una madre buscadora que prefirió permanecer en el anonimato declaró: “entramos 10 o 15 minutos y vas como en un ‘tour’, porque todo está acordonado… y no hay absolutamente nada”.
Frente a esta situación, familiares de desaparecidos rompieron el protocolo e ingresaron a las zonas restringidas del rancho. Posteriormente, denunciaron a los medios de comunicación presentes que todo había sido “acomodado” y que el lugar ya no presentaba indicios de lo encontrado previamente.
Cabe recordar que el pasado 5 de marzo, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco denunció el hallazgo de este rancho, presuntamente utilizado por el crimen organizado. En esa ocasión, encontraron ropa, alrededor de 400 pares de zapatos y diversos objetos personales.
Para miembros de los colectivos como María Vázquez, la visita fue dolorosa, “venimos a ver evidencias, a ver si había prendas, y ya no hay nada”, afirmó. “Ya me dieron el ‘tour’, porque te traen a eso, a darte la vuelta, porque ya no hay nada. ¿Qué quieren que vea? Si todo está acordonado, está tapado. Nos trajeron a turistear y, de verdad, para nosotros, o al menos para mí, esto es una burla”.
El recorrido para los colectivos de búsqueda finalizó con consignas como: “Hijo, escucha, tu madre está en la lucha”.