Las autoridades ambientales de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) han detectado desde 2019 un aumento anual en los niveles máximos de ozono, con un total de 150 partes por billón (ppb) en el año 2024, de acuerdo con Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe).
Recordó que los valores más elevados de ozono, en promedio de ocho horas, rondaron las 275 ppb, entre 1988 y 1989, mientras que los más bajos superaron apenas las 100 ppb en 2018.
Destacó que el ozono se forma por reacciones químicas en la atmósfera entre monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles (COV), que provienen principalmente de actividades humanas como la quema de gasolina y el uso de aerosoles, entre otras.
Las autoridades ambientales indicaron que, en el área urbana, el efecto de las islas de calor, causadas por la absorción de radiación por estructuras, edificios y calles pavimentadas, contribuye al aumento de ozono.
“A mayor radiación, hay una mayor formación fotoquímica de ozono. También sabemos que, a mayor temperatura, las velocidades de reacción en la formación del ozono aumentan”, explicó Víctor Hugo Páramo, titular de la CAMe.
La principal fuente de emisión de los precursores del ozono, CO y NOx, proviene de los automotores, con un 95 y un 86 por ciento, respectivamente. En cuanto a los COV, el 66 por ciento de las emisiones proviene de hogares y comercios, la evaporación de gasolina en estaciones de servicio, autotanques y terminales de almacenamiento, así como del uso de productos domésticos, comerciales e industriales que contienen solventes.
Las autoridades informaron que en 2025 ya se activaron dos contingencias ambientales: la primera el 1 de enero por partículas PM2.5, y la segunda el 26 de febrero, por ozono, con mayor presencia del contaminante en Tlalnepantla, lo que provocó la aplicación del doble Hoy No Circula.
Indicaron que, en 2024, se registraron 12 emergencias ambientales, 11 por ozono y una regional por partículas PM2.5. El número de contingencias igualó el récord histórico de 1993.
El ozono afecta los ojos, el sistema respiratorio y nervioso; además de los órganos cardiovasculares, entre otros.
Finalmente, indicaron que el ozono afecta los ojos, el sistema respiratorio y nervioso; además de los órganos cardiovasculares, entre otros.