Franck es dueño de una finca platanera en un país de África (Marruecos o Guinea), está casado con Christiane, tiene una amante (A), la residencia que ésta ocupa y varios criados (boys). La historia está ubicada en la segunda mitad del Siglo XX y su desenlace se da un día en el que Franck y A viajan al puerto mayor del país para hacer compras y perecen en un accidente automovilístico mientras retornan a casa.
El relato es en extremo repetitivo en la descripción del paisaje, de los cambios de horario y clima, de los objetos domésticos más nimios y aún de las escenas en las que actúa la media docena de sus personajes. Esta fórmula narrativa, además de ajustarse al estilo de la corriente noveau romain (nueva novela) –de la que el autor fue impulsor y teórico– tiene como objetivo hacer sentir el peso de la rutina humana en cualquier parte del orbe.
De igual manera, la no mención de los nombres propios de la amante y los de los boys, así como el del país africano donde supuestamente ocurren los hechos, tiene como propósito denunciar la índole colonialista de los personajes centrales, de quienes sólo por el nombre de dos de ellos (Franck y Christiane) –y el de un automóvil “americano”– se infiere que son extranjeros.
Las siguientes líneas son una muestra de la escritura del autor de La celosía (1970): …“Ahora, la voz del segundo chofer llega hasta esta parte de la terraza, procedente del lado de los cobertizos; canta una canción indígena, de palabras incomprensibles, o incluso sin palabras.
“Los cobertizos están situados al otro lado de la casa, a la derecha del patio grande. La voz, por lo tanto, debe dar la vuelta, por debajo del alero del tejado, a todo el ángulo ocupado por el despacho, lo cual la debilita notablemente, pese a que una parte del sonido puede atravesar la habitación por las celosías en la fachada sur y el frontón oriental.
“Pero se trata de una voz sostenida, llena y fuerte, aunque de un registro bastante grave. Es, además, una voz fácil, que pasa suavemente de una nota a otra y luego se detiene de pronto.
“Dado el carácter especial de este tipo de melodías, es difícil determinar si el canto se ha interrumpido por una razón fortuita –en relación, por ejemplo, con el trabajo manual que el cantor debe ejecutar manualmente– o bien, porque ahí acababa la canción”.
Antes de dedicarse al cultivo de las letras, Alain Robbe Grillet (Francia, 1922-2008) fue agrónomo, labor especializada por la que viajó a Marruecos, Guinea y las islas caribeñas La Martinica y Guadalupe. En los años 60 del siglo anterior votó a favor de la independencia de Argelia con respecto a Francia. Fue autor de una docena de novelas y director de 10 filmes, entre los que destacaron La inmortal y Jugar con fuego.