En el marco de la guerra comercial de Estados Unidos (EE. UU.) contra la República Popular China (RPCh) y de las amenazas de Donald Trump contra nuestro país, se presentó el Plan México de la “Cuarta Transformación” (4T) como una “Estrategia de Industrialización y Prosperidad Compartida”. La coyuntura, excelente para dar una buena respuesta a las amenazas de este mandatario, no fue aprovechada; los analistas sostienen que el Plan México está al servicio de EE. UU. o, mejor dicho, de sus corporativos, que son los que mandan o influyen decisivamente en la política del gobierno fascista de Donald Trump.
En vez de aprovechar la oportunidad, se habla de las “excelencias” del tratado comercial firmado con EE. UU. y Canadá, entre ellas la posibilidad de competir con países asiáticos, especialmente con China. Es decir, el gobierno mexicano se muestra feliz de integrarse a un bloque comercial encabezado por un gobierno que desea dañar nuestra economía con aranceles y deportaciones masivas en vez de responderle que tenemos derecho a comerciar con sus competidores o, como dijo AMLO en su momento, que México era “neutral” y comerciaría con Ucrania y también con Rusia.
El Plan México, presentado en enero por el gobierno de la 4T es, a primera vista, un proyecto verdaderamente ambicioso por sus metas, como la de ascender del lugar número 13 en la lista mundial de potencias económicas al número 10; crear un millón y medio de empleos y que la industria nacional participe hasta en un 50 por ciento de todo lo que se produce en el país, entre otras metas que, de alcanzarse, mejorarían la situación económica nacional.
Sin embargo analistas, investigadores y ejecutivos en finanzas no encuentran bases reales para confiar en el logro de las metas del Plan México, varias de las cuales podrían definirse tan solo como buenos deseos, por ejemplo, la meta de que México se convierta en una potencia económica mundial, cuando estudios como los del Fondo Monetario Internacional han concluido que México seguirá un buen tiempo en el mismo lugar de la lista y que aún podrían presentarse otros problemas económicos que lo harían descender.
También se refieren los especialistas consultados a las expectativas de aumento en la producción nacional sin que la industria mexicana se haya creado o por lo menos mejorado. Cada una de las metas del Plan México es cuestionada con argumentos que indican la existencia de serios obstáculos para lograr su realización. De todos estos cuestionamientos habla, esta semana, nuestro Reporte Especial.