El pasado martes 18 de febrero, el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto dio a conocer el hallazgo de la tumba del faraón Tutmosis II, cuarto monarca de la XVIII Dinastía, en la necrópolis de Tebas, cerca de la ciudad de Luxor.
Señaló que este descubrimiento, realizado por un equipo británico-egipcio, es el primero de su tipo desde el hallazgo de la tumba de Tutankamón en 1922. Además, representa el último eslabón perdido de las tumbas reales de esta Dinastía, que gobernó Egipto entre 1550 y 1292 antes de Cristo.
Agregó que las excavaciones comenzaron en 2022, cuando se halló la entrada al sepulcro del rey Tutmosis. En ese momento, sólo se encontraron fragmentos de vasijas y muebles funerarios que confirmaron la identidad del faraón. En la antigüedad, la tumba fue vaciada, y los tesoros que allí estaban fueron encontrados en 1881 en la tumba de otro rey egipcio.
Además, destacó que en la tumba no se hallaron los restos del faraón, ya que estos fueron encontrados en la década de 1980 en la zona de Deir el-Bahari, junto con los restos de otros soberanos de las dinastías XVIII y XIX. Actualmente, se exhiben en el Museo Nacional de la Civilización Egipcia, en El Cairo.
Los investigadores de este descubrimiento detallaron que la tumba se encuentra en mal estado debido a una inundación ocurrida hace miles de años, poco después de la muerte del faraón; asimismo, indicaron que Tutmosis II gobernó alrededor del 1493 al 1479 antes de Cristo, lo consideran una figura clave para la consolidación del poder y la expansión del Imperio Egipcio, a pesar de que su reinado no es tan famoso como el de otros faraones.
Finalmente, explicaron que Tutmosis II es más conocido por ser esposo de la reina Hatshepsut, quien es considerada una de las autoridades más importantes de Egipto y una de las pocas mujeres que gobernó por derecho propio.