Los bancos centrales alrededor del mundo deben tener en cuenta la estabilidad financiera al fijar su política monetaria para combatir la inflación, ya que algunas instituciones son susceptibles a sufrir pérdidas si se disparan los niveles inflacionarios o las tasas de interés, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Las tasas de interés son un instrumento que los bancos centrales, como el Banco de México (Banxico), utilizan para el control inflacionario. Al incrementar los tipos de interés, el crédito se vuelve más caro, lo que reduce el consumo y la demanda, frenando así el incremento de precios al consumidor.
Por el contrario, cuando se recortan las tasas, los créditos son más baratos, por lo que se incentiva el consumo y la inversión, provocando así un mejor ritmo de crecimiento económico.
En México, el Banxico recortó el pasado 6 de febrero los tipos de interés en medio punto, para pasar de 10 a 9.50 por ciento, argumentando un avance en el proceso desinflacionario del país.
El FMI dijo en su último reporte sobre inflación que “la mayoría de los bancos están en buena medida a salvo de las fluctuaciones inflacionarias, ya que la exposición de sus ingresos y sus gastos tienden a compensarse mutuamente. Sin embargo, algunos presentan una exposición significativa a la inflación, lo que podría causar inestabilidad financiera en el caso de que pérdidas concentradas provocaran un pánico más generalizado en el sector bancario”.
El tres por ciento de los bancos de economías avanzadas y seis por ciento de economías emergentes, como México, están expuestos a sufrir pérdidas debido a las tasas de interés elevadas.
Asimismo, afirmó que a pesar de que el endurecimiento de la política monetaria es necesario para combatir la inflación, “podría acarrear pérdidas significativas para los bancos muy expuestos”, toda vez que los clientes y los inversionistas podrían considerar que los riesgos afectan a todas las instituciones por igual, generando pánico e inestabilidad financiera.
En este sentido, el Fondo instó a reforzar la regulación y la supervisión prudencial, aumentar la gestión de riesgos que se exige a todos los bancos, mejorar la transparencia y utilizar evaluaciones de riesgo detalladas.
Finalmente, señaló que “las pérdidas en algunos bancos dejan margen para un contagio más amplio, los bancos centrales podrían tener que sopesar las subidas de tasas para contener la inflación a la luz de que ese movimiento pueda provocar inestabilidad financiera”, es decir que, si algunas instituciones de banca sufren pérdidas, existe el riesgo de desestabilizar al resto.