"Lo que se construye sobre la base de la fuerza, comienza mal y terminará mal", así criticó el Papa Francisco I la política de deportación masiva de migrantes del gobierno de Estados Unidos, encabezada por el presidente Donald Trump.
En una carta dirigida a los obispos de Estados Unidos, el pontífice advirtió que la medida de expulsar a las personas únicamente por su estatus migratorio “terminará mal”, ya que priva de su dignidad inherente a los migrantes.
En su mensaje, reconoció que los países deben protegerse, sin embargo, en ese proceso, dijo, no se debe dañar la dignidad de personas que huyen de situaciones de extrema pobreza, violencia, persecución o deterioro ambiental.
El Papa reafirmó el derecho de los migrantes a buscar refugio y seguridad en otros países, citando relatos bíblicos de emigración, como la travesía del pueblo de Israel en el Éxodo y la experiencia de Jesucristo.
Además, en su misiva, instó a los gobiernos a realizar todo lo posible dentro de sus capacidades para acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes, particularmente aquellos que enfrentan condiciones de vida insostenibles en sus países de origen.
Finalmente, enfatizó que la política de deportación "basada en la fuerza" no respeta la dignidad humana, y subrayó que una política que no se fundamente en la verdad de la dignidad de todos los seres humanos "comienza mal y terminará mal".