Los mercados bursátiles, especialmente los relacionados con divisas y materias primas (commodities) experimentarán inestabilidad ante las nuevas medidas arancelarias de Donald Trump. Las bolsas asiáticas se preparan para enfrentar pérdidas relacionadas con las nuevas políticas económicas del mandatario estadounidense.

Trump anunció que impondrá un nuevo gravamen de 25 por ciento sobre el acero que se aplicará a las importaciones de todos los países, pero no especificó cuándo entraría en vigor.

Esta decisión, sumada a la expectativa por la próxima comparecencia de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), ante el Congreso, dio como resultado nerviosismo en los mercados.

Bob Savage, jefe de estrategia de mercados de BNY, señaló que "los mercados siguen reaccionando más a los cambios de política de Trump que a los datos económicos (…) La opinión de Powell será clave para evaluar el impacto de los aranceles y otros cambios en la política sobre los planes de flexibilización".

Uno de los primeros afectados fue el índice Standard & Poor’s 500, que agrupa a las 500 empresas más grandes de EE.UU. El pasado viernes, tras el anuncio del arancel al acero, el indicador cayó 1 por ciento, acompañado de una baja en los bonos del Tesoro debido a datos de un mercado laboral moderado.

Le siguió el mercado petrolero, que el pasado viernes experimentó una caída de 2.1 por ciento, con el crudo Brent contrayéndose 2.80 por ciento, el WTI disminuyendo 2.11 por ciento y la mezcla mexicana perdiendo 2.4 por ciento.

Con este panorama bursátil, las acciones en China se vigilarán de cerca por los operadores, ya que, además del nerviosismo derivado de las medidas arancelarias estadounidenses, se podría observar una pérdida del optimismo por las empresas de inteligencia artificial.

En Asia, el auge temporal del gasto de los consumidores por las festividades del Año Nuevo chino, provocó una aceleración de la inflación. “Los consumidores chinos siguen cautos y persiste la tendencia a la baja del consumo (…) Es probable que el impulso estacional de la inflación se convierta en un lastre estacional en febrero”, dijo Goldman Sachs en un análisis para clientes.