En 2024, la población ocupada en México aumentó en 858 mil 171 plazas, sin embargo, de este crecimiento, un millón 62 mil 721 empleos se desarrollaron en el sector informal, lo cual representó un incremento del 54.6 por ciento en la tasa de informalidad laboral; mientras que la formalidad sufrió una disminución de 204 mil 550 puestos, un 0.3 por ciento, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.
En este contexto, los estados con mayores índices de informalidad, como Oaxaca y Guerrero, también presentan altos niveles de pobreza laboral. Por el contrario, entidades como Baja California y Nuevo León, con baja informalidad, logran reducir la pobreza entre su población ocupada.
Por su parte, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) también señala las disparidades salariales entre trabajadores formales e informales. De acuerdo con su informe del tercer trimestre de 2024, los trabajadores formales recibieron un ingreso promedio de 10 mil 583.78 pesos al mes, mientras que los informales ganaron apenas cinco mil 18.76 pesos. Esta diferencia refleja un contraste significativo, ya que el trabajador formal gana 111 por ciento más que su contraparte informal, lo que agrava las brechas de desigualdad en el país.
La organización México ¿Cómo vamos? refiere que la informalidad laboral es una falla estructural del mercado mexicano, ya que afecta a trabajadores sin derechos laborales garantizados, como pensiones, acceso a salud y vacaciones.
Por lo que destaca que la creciente informalidad laboral no sólo refleja un desafío en términos de empleo de calidad, sino que también impacta negativamente en los ingresos de una parte importante de la población mexicana.