La organización de trabajadores agrícolas más importante en México es el Sindicato Independiente Nacional Democrático de Jornaleros Agrícolas (SINDJA), cuya sede se encuentra en el Valle de San Quintín. El dos de enero de 2025, algunos de sus integrantes efectuaron una huelga y el bloqueo de la carretera Transpeninsular para demandar a la empresa El Milagro de Baja.
Mil ochocientos trabajadores de la empresa, cansados de injusticias y bajos salarios, exigieron a la empresa, que siembra 319 hectáreas de frambuesa, fresa y arándano, que aumente el precio de la caja de 22 pesos a 30 pesos en la pisca de fresa.
Después de tres días de huelga, los jornaleros lograron un triunfo parcial, el aumento del precio en la caja de 22 a 28 pesos y el pago de los salarios caídos de los días dos, tres y cuatro del presente mes, con la promesa gubernamental de promover mejores condiciones de trabajo en la pizca y mantener una vigilancia efectiva para evitar abusos patronales (La Jornada, cinco de enero).
La precariedad en las condiciones de trabajo es generalizada no sólo en el Valle de San Quintín, Baja California, sino en todas las regiones de agricultura intensiva de exportación, como Sonora, Sinaloa, Jalisco, entre las más importantes; por ello, no sorprende que los trabajadores del rancho Olmos hayan declarado el paro el cinco de enero, en demanda de un aumento al precio de la caja de fresas que hoy les pagan a 22 pesos y exigen que se les paguen a 28, como lo obtuvieron los del rancho El Milagro; su demanda fue atendida de inmediato: también recibirán 28 pesos por caja.
En marzo de 2015, como organización incipiente, el SINDJA logró movilizar a 50 mil jornaleros de la región; a casi 10 años han logrado pequeños avances. En 2015, el SINDJA demandaba “aumento del promedio salarial diario; revocación de los contratos colectivos firmados con los sindicatos confederados, que prevén un salario ya integrado en las prestaciones; pago del aguinaldo, de los días festivos, de la prima vacacional, de las prestaciones y el reparto de utilidades; respeto de las ocho horas laborales según la Ley Federal del Trabajo, con pago suplementario de las horas extras; descanso al séptimo día y en días festivos, con posibilidad de tener vacaciones, afiliación efectiva al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de todos los trabajadores; eliminación del acoso sexual sufrido por las trabajadoras; establecimiento de un diálogo con los patrones y el gobierno estatal” (Garrapa, Rev. Frontera Norte, 2019).
Poco se logró, promesas incumplidas, hoy los 67 mil jornaleros agrícolas de la entidad siguen en la total desprotección y ausencia de las instituciones de gobierno. Parece que sólo con la movilización de los jornaleros, los empresarios entienden.
De 22 a 28 pesos por caja no resuelve toda la problemática de este mercado de trabajo. 28 pesos por una caja de fresa de primera significa que debieron cortar 64 kilos de fresa por caja; no son pocos kilos; si una caja tiene ocho baskets de un kilo, la obtención de 10 cajas significaría que el jornalero cortara 640 kilos y lograra un ingreso de 280 pesos. En la época más alta, un jornalero puede cortar hasta 40 cajas en un día; pero cuando baja la producción, si tiene suerte, puede llenar 10 o 12 cajas; y el destajo reduce significativamente el salario.
Tal vez no paren las protestas si consideramos que en la entidad hay cuatro mil 87 hectáreas de fresa y mil 891 de frambuesa o mora, como ellos le llaman, y 147 de zarzamora.
Pero en esta movilización, los empleadores conservan una deuda con los jornaleros agrícolas de San Quintín, de Baja California y del país: la regulación de la jornada de trabajo, las prestaciones de ley y el acceso a las instituciones de salud, además de mejorar las condiciones de trabajo.
En Baja California, de los 67 mil trabajadores agrícolas que registra la ENOE, 65.9 por ciento recibe hasta un salario mínimo; 40.5 por ciento no tiene acceso a las instituciones de salud; 31 por ciento no cuenta con ninguna prestación; 39 por ciento trabaja sin contrato laboral y sólo 20 por ciento labora más de 48 horas a la semana. Hoy por hoy, las demandas inmediatas de los jornaleros son:
Incremento del salario por jornada laboral
Aum
WC limpios cerca de los predios.
Que garanticen las prestaciones de ley.
Pero en Baja California labora sólo una fracción de los jornaleros de México. En el país, 82.6 por ciento no tiene acceso a las instituciones de salud, 72 por ciento no cuenta con ninguna prestación y 85 por ciento no cuenta con un contrato de trabajo; con o sin organización, al Estado le corresponde tomar medidas para que los empleadores cumplan con lo planteado en la ley laboral para los agricultores.