El aeropuerto de Saná, capital de Yemen, fue bombardeado por un avión israelí la mañana de este jueves, lo que causó terror entre la población. Hasta el momento se ha reportado que el ataque aéreo destruyó la torre de control del aeropuerto, sin embargo, no se ha especificado el número total de las víctimas ni la cantidad de heridos. 

Israel también atacó las centrales energéticas de Hezyaz y Ras Kanatib y otras posiciones en los puertos de Hodeida, Salif y Ras Kanatib, en la costa oeste de Yemen. 

En un comunicado de prensa, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer que su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se encontraba en el aeropuerto de Saná en el momento del atentado. 

Se reportó que Tedros Adhanom se encuentra ileso, sin embargo, una persona de la tripulación del avión en el que viajaba resultó herida y dos personas más perdieron la vida. 

Adhanom estaba en Yemen para negociar la liberación de los funcionarios de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que permanecen como rehenes desde hace meses, al igual que para evaluar la situación sanitaria y humanitaria de dicho país.

Las fuerzas armadas de Israel justificaron su ofensiva bélica asegurar que el ataque estaba dirigido a infraestructura utilizada por los hutíes en el aeropuerto de Saná. 

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, amenazó con persistir con los ataques “hasta completar la tarea” de neutralizar a los hutíes de Yemen, a los que calificó como “el brazo terrorista de Irán”.

Netanyahu, advirtió a Yemen: "Los hutíes también aprenderán lo que Hamás, Hizbulá, el régimen de (Bashar) Assad y otros han aprendido, y esto también llevará tiempo. Esta lección se aprenderá en todo Oriente Medio".

Actualmente, Israel está bombardeando cuatro países a la vez: Palestina, Siria, Líbano y Yemen, sin que hasta el momento la ONU o ningún organismo internacional haya frenado su ofensiva bélica en Oriente Medio.