Un nuevo mundo se cocina. Estados Unidos (EE. UU.) pelea su hegemonía con las potencias del bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Pero China tiene la delantera en una batalla determinante, la de la Internet de quinta generación, o 5G.
¿Qué es la 5G? La Internet de quinta generación alude al escalón en que se encuentra el desarrollo de la red global. Las cuatro generaciones previas se resumen así: la 1G era un vínculo de teléfonos análogos que únicamente permitían llamadas; la 2G brindó acceso a mensajes de texto; la 3G permitió enviar fotos, abrir páginas de Internet y videos breves; la 4G permite realizar video llamadas, subir y descargar videos de alta definición. En este punto se encuentra nuestro país.
México se encuentra atascado en este aspecto, la transición de 3G a 4G ha sido lenta; en la recepción de señal de varios estados aún se leen las siglas LTE a un lado del icono de señal telefónica; LTE son las siglas de Long Term Evolution, es decir, Evolución a Largo Plazo.
Sin embargo, China, país gobernado por el Partido Comunista de aquel país, ha alcanzado niveles de desarrollo económico y tecnológico asombrosos. Aquí algunos datos.
Según la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (WIPO, en inglés) en 2022, 46.6 por ciento de las solicitudes mundiales de patentes provenían de China, le seguían EE. UU. (17.4 por ciento) y Japón (8.5 por ciento). Las patentes de las empresas chinas se concentraron en tres rubros: tecnología computacional, comunicación digital y la maquinaria eléctrica, aparatos y energía.
China lidera la lista de patentes concedidas sobre tecnología 5G con 21 por ciento del total a nivel mundial, cinco empresas de este país concentran el desarrollo de tales tecnologías móviles, según datos de IPlytics. EE. UU. en cambio, solamente tiene una empresa desarrolladora que cuenta con 12.9 por ciento de las patentes de tecnología 5G.
Las tecnologías 5G están prácticamente fuera de nuestro radar, pero significan la aplicación de Internet sobre áreas cotidianas de nuestra vida: alimentación, tareas domésticas, educativas, arquitectura, ingeniería y economía. A esto también se le conoce como el “Internet de las cosas”.
Según la agencia Xinhua, China tiene el objetivo de elevar la tasa de penetración de usuarios de la 5G a más de 85 por ciento para finales de 2027, tomando en cuenta los esfuerzos de la segunda mayor economía del mundo por acelerar las aplicaciones a gran escala en estas tecnologías.
Sólo para ofrecer una idea sobre la magnitud de la 5G según el diario hongkonés South China Morning Post, China inauguró la red de Internet más rápida del mundo, capaz de transmitir datos a una velocidad de 1.2 terabytes (TB) por segundo; y los chinos pueden descargar más de 100 películas de Netflix en alta definición en apenas un segundo, algo que parece imposible si consideramos que en algunos de los lugares más remotos de nuestro país la población pueden estar incomunicada varios días por una simple lluvia.
Por si fuera poco, el ministro chino de Industria y Tecnología de la Información, Jin Zhuanglong, anunció que su país ya está avanzando en la investigación y desarrollo de redes de sexta generación (6G).
No hay que perder de vista lo fundamental: China está gobernada por un partido que planifica su economía y se ha impuesto la tarea de avanzar en la tecnología sin descuidar a su propia población. En China se erradicó la pobreza desde 2021, algo que beneficia a los proveedores privados de telefonía, que saben que los chinos pueden pagar por recibir sus servicios. EE. UU. y el modelo económico impuesto en los países donde tiene injerencia, ha desarrollado, por el contrario, una economía concentrada que los condena sin remedio a que prácticamente nadie pueda pagar nuevos servicios.
China ganó la guerra de la 5G a EE. UU. y muestra que el modelo económico gringo está rebasado en más de un sentido. Los mexicanos debemos aprender del desarrollo de China. No podemos resignarnos a ser sólo una colonia gringa, ni en la vida real ni en el ciberespacio.