Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos (EE. UU.), invitó al presidente chino, Xi Jinping, a su toma de posesión en enero, hecho que ha sorprendido al mundo entero y que podría ser la primera señal de un intento de diálogo por parte de la nación norteamericana.
En una entrevista realizada por Fox News¸ la próxima secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, informó que Trump pretende entablar un “diálogo abierto” con países que eran adversarios de Estados Unidos, no sólo con aliados y socios.
“Vimos esto en su primer mandato. Recibió muchas críticas por ello, pero condujo a la paz en el mundo. Está dispuesto a hablar con cualquiera y siempre pondrá los intereses de Estados Unidos en primer lugar”, declaró Leavitt este jueves.
Hasta el momento, ni la Embajada China en Estados Unidos ni el gobierno Xi Jinping han respondido o emitido comentarios ante la invitación del republicano.
Las declaraciones han generado expectativas alrededor del mundo, pues se dan en un momento en que las relaciones entre la unión americana y el gigante asiático son tensas, por decir lo menos.
Durante su primer mandato (2017-2021), Donal Trump inició una guerra comercial con Pekín, a quien acusó prácticas desleales de comercio y robo de propiedad intelectual, por lo que impuso aranceles del 25 por ciento a sus productos por valor de 50 mil millones de dólares.
A esta acometida comercial, China respondió imponiendo aranceles a 128 productos estadounidenses, sobre todo del sector automotriz y agropecuario. El vaivén de amenazas y aranceles fue la constante durante los cuatro años de gobierno de Trump, en donde la relación con China tan pronto se relajaba como se tensaba.
Ahora, en las vísperas de su segundo mandato, el presidente electo de EE. UU. ha lanzado nuevamente su acometida y ha amenazado con imponer el 60 por ciento de aranceles a las importaciones procedentes del gigante asiático.
Por su parte, China anunció el pasado 3 de diciembre que restringirá las exportaciones de galio, germanio, antimonio y grafito, metales clave para la fabricación de armamento y maquinaria militar, pilar de la industria armamentística que sostiene a Washington.
Por todo contexto, ha llamado la atención del mundo entero la invitación al presidente Xi Jinping al acto de investidura de Donald Trump como el 47° presidente de EE. UU, pues esto no ocurrió en su primer periodo de gobierno.