Era 30 de diciembre de 2007 cuando la escultura de Santa Rosa de Lima fue robada, junto con otras piezas, en la capilla de Santa Mónica en Epazoyucan, Hidalgo; a casi 17 años, fue repatriada y devuelta a México, tras investigaciones y colaboración entre el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Procuraduría General de la República y el Departamento de Justicia de Estados Unidos (EE. UU.), quienes lograron asegurar la figura.
El anuncio de la recuperación se hizo en el Museo del Templo Mayor, donde indicaron también que el robo involucró seis piezas religiosas, y la escultura de Santa Rosa fue localizada en EE. UU.
Iraís Avilés García, representante de la Secretaría de Cultura de México, enfatizó que las piezas patrimoniales son símbolos de identidad y memoria histórica. Por su parte, José Luis Perea González, del INAH, destacó que el robo fue denunciado inmediatamente debido a la relevancia histórica de las piezas.
Cabe destacar que la escultura de Santa Rosa de Lima, nacida en Lima, Perú, en 1586, es la primera santa de América y una figura clave para la región. La recuperación de esta obra se enmarca dentro de los esfuerzos para proteger el patrimonio cultural, apoyados por el Tratado de Cooperación entre México y Estados Unidos sobre bienes culturales robados, vigente por más de 50 años.