Ecatepec, Chimalhuacán, Nezahualcóyotl, Toluca y Cuautitlán Izcalli son sólo algunos de los municipios del Estado de México que tienen las mayores tasas de inseguridad, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENsu) de octubre 2024; pese a que se encuentran entre los más peligrosos, el Gobierno Federal ha reducido los fondos destinados a la seguridad en los municipios mexiquenses.

Datos de la encuesta refieren que, en septiembre de 2024, el 88 por ciento de la población de Naucalpan de Juárez percibe a su municipio como inseguro, seguido por Ecatepec con un 87 por ciento, Cuautitlán Izcalli con 80 por ciento, Chimalhuacán con 77.8, Toluca con 77 por ciento, Tlalnepantla de Baz, Nezahualcóyotl y Atizapán de Zaragoza, con 71.7, 61.3 y 50.6 por ciento, respectivamente.

Pese a este panorama, la Federación decidió recortar los recursos destinados a la seguridad en la entidad. En 2024, el Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (FASP) recibió 633.7 millones de pesos, pero para 2025 no se contempla ninguna asignación para este fondo, lo que deja a las autoridades locales con menos recursos para enfrentar la creciente ola de delitos; este sector deberá ser atendido con recursos estatales, municipales y parte del Fondo de Fortalecimiento Municipal (Fortamun).

De acuerdo con expertos, esta reducción ha generado incertidumbre sobre cómo se financiarán las estrategias locales para combatir la delincuencia; por el contrario, consideran que esta decisión responde a una reorientación de los recursos hacia programas sociales, lo que podría haber influido en la disminución del apoyo a las fuerzas de seguridad.

Finalmente, algunos críticos apuntan a que este recorte podría estar relacionado con la presunta complicidad de algunos presidentes municipales con organizaciones criminales.