Mientras que el Comité Olímpico Internacional (COI) tomó partido y aplicó sanciones contra los atletas rusos debido al conflicto entre su país y Ucrania, no ha emprendido ninguna acción en contra de Israel, a pesar del genocidio en contra del pueblo palestino que vive en la Franja de Gaza.

Como resultado de la invasión israelí y el bombardeo a Gaza han sido asesinadas más de 50 mil personas, según cifras reconocidas por organismos internacionales como la ONU, así como cientos de miles de heridos y todo tipo de privaciones en alimentación y acceso a servicios básicos.

Durante los pasado Juegos Olímpicos, el COI vetó la participación de atletas rusos en la competencia y también los segregó de otras competencias de talla internacional en la mayoría de los deportes afiliados al Movimiento Olímpico, ya que consideró que el conflicto de Rusia con Ucrania es una violación a la Carta Olímpica, en la que se establecen los principios básicos de unión y fraternidad entre los pueblos del mundo que pregona el olimpismo.

Sin embargo, la “competencia justa” quedó totalmente pisoteada cuando a los deportistas de Israel se les permitió participar en estos eventos de talla internacional. Aproximadamente 100 miembros pertenecientes al COI no tomaron ninguna determinación cuando el ejército israelí atacó a Gaza, ni tuvo consideración cuando la Corte Internacional de Justicia advertía la existencia de un peligro real de genocidio contra el pueblo palestino y continúa sin pronunciarse a pesar de que la masacre existe y está plenamente documentada.

Thomas Bach, presidente del COI, declaró en su momento, al ser cuestionado por la prensa sobre su actitud ante el genocidio del pueblo palestino: “no estamos en el negocio de la política, estamos aquí para cumplir nuestra misión de unir a los atletas”.

La misión de los olímpicos de unir a los atletas pasó desapercibida, pues hasta la fecha van más de 400 deportistas palestinos asesinados como parte de la agresión del ejército israelí, entre esas víctimas se encuentra Hasni al-Masdar, entrenador palestino de futbol, y Majed Abu Maraheel, primer abanderado olímpico en la historia de Palestina, quien murió debido a la insuficiencia renal de la que era tratado hasta que fue imposible por el deterioro de la sanidad en la Franja de Gaza.

Además, el Comité Olímpico Palestino considera que Israel está violando la Carta Olímpica al bombardear objetivos en Gaza que en realidad son espacios dedicados a la práctica deportiva, destruyendo buena parte de las instalaciones deportivas en la Franja de Gaza y apropiándose del estadio Yarmouk, uno de los más antiguos de Palestina, para utilizarlo como centro de detención arbitraria.

El Organismo Palestino, dirigió una carta a Thomas Bach, acusando a Israel de “violaciones sistemáticas y continuas de la Carta Olímpica” por parte de organismos deportivos israelíes y sus miembros. Sin embargo, en los pasados Juegos Olímpicos celebrados en París, a pesar de las apelaciones de países que no estaban de acuerdo con la participación de Israel en esta justa deportiva, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, mencionó a un medio de televisión que “Israel fue víctima de un ataque terrorista (...) podemos estar en desacuerdo con Israel por la manera en que responde y se protege, pero no podemos decir que Israel es un agresor”.

Por lo dicho puede entenderse que los deportistas israelíes, tienen el aval del COI para continuar participando en estos eventos internacionales, a pesar de la masacre que su gobierno está promoviendo como parte de un conflicto que ya dura más de 70 años y en el que la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN), comandada por Estados Unidos, está influyendo para prolongarlo el mayor tiempo posible.

Niños, jóvenes y adultos han muerto en la Franja de Gaza sin hallar refugio, porque los israelíes se han encargado de lanzar misiles y bombas a escuelas, hospitales y complejos deportivos, dejando a los palestinos sin la posibilidad de llevar una vida plena ni de practicar deporte, porque ya no cuentan con instalaciones para ello y se ven obligados a vivir bajo los escombros.

Sin duda estamos ante otro ejemplo de cómo el deporte internacional está sometido a los intereses del gran capital y de los gobiernos imperialistas del mundo; sólo en un mundo multipolar, el deporte volverá a ser un mecanismo de superación individual de las personas y una herramienta para hermanar y unir a todos los pueblos de la Tierra.