Estudios y encuestas (desde luego, no las oficiales) concluyen que una gran parte de la población mexicana desconoce el contenido fundamental de la reforma judicial impulsada por el gobierno que encabezó el expresidente Andrés Manuel López Obrador y fue recientemente aprobada por los legisladores morenistas y sus aliados, ya bajo el mandato de la presidenta Claudia Sheinbaum; casi la mitad de la población conoce muy poco dicha reforma y entre quienes dicen conocerla se encuentran divididas las opiniones: unos la rechazan y otros la aceptan; y quienes la rechazan lo hacen porque desconfían de los políticos que presentarán candidatos, no esperan nada bueno de los partidos existentes y menos del partido en el poder (impulsor de la reforma y con mayoría en el Poder Legislativo).
Especialistas en derecho constitucional y derecho de amparo, académicos e investigadores afirman, por otra parte, que esta reforma judicial tendrá efectos muy negativos para la mayoría de los mexicanos porque, además de atentar contra el equilibrio de poderes hasta anular completamente al Poder Judicial, limita el derecho de amparo, afectando la potencial defensa de los mexicanos, es decir, atenta contra el derecho del pueblo a defenderse de los abusos del Estado; aunque este derecho es realmente potencial, existe, y quienes lo conocen llegan a hacer uso de él y exigir su derecho de amparo. Ahora, el pueblo mexicano estará más lejos de este recurso de defensa.
La reforma judicial no lesiona a los poderosos; ellos podrán proponer jueces, magistrados y ministros; podrán recibir la gratitud y la benevolencia de sus candidatos cuando triunfen; en una palabra, los políticos en el poder y los grandes empresarios podrán influir en la elección de jueces y magistrados, algo que resulta potencialmente generador de corrupción; éstos son ejemplos de los riesgos de la reforma al Poder Judicial para la mayoría de los mexicanos. De estos efectos negativos, especialmente de una mayor indefensión de la población mayoritaria, habla buzos en su edición de esta semana.