El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) hace un llamado a niñas y adolescentes de 11 a 16 años de edad a participar en su campaña de vacunación contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), la cual inició el pasado 2 de septiembre y concluirá el 18 de diciembre.
Indicó que la vacuna está dirigida a menores de ese rango de edad que no hayan recibido la vacuna, para ello deben acudir a cualquiera de las más de mil 200 Unidades de Medicina Familiar (UMF) en todo el país, acompañadas de sus padres o tutores, para recibir la dosis correspondiente, en un horario de atención de 8:00 a 20:00 horas de lunes a viernes; cabe destacar que, en las unidades de tiempo completo, también se atenderá durante los fines de semana.
Las autoridades de salud informaron que se aplicarán un total de 391 mil 104 dosis a las menores; sin embargo, el llamado para aplicarse la vacuna también es para las féminas de 11 a 49 años de edad que vivan con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH); así como niñas y mujeres de 9 a 19 años que sean atendidas bajo el protocolo de atención por violación sexual.
Con respecto a las dosis necesarias, la coordinadora de Programas Médicos del Área de Prevención y Detección de Enfermedades, Nallely Figueroa García, explicó que el esquema para las niñas y adolescentes es de una sola dosis; sin embargo, las personas que viven con VIH y tienen entre 11 y 49 años deben recibir tres dosis. La primera se aplica al momento de solicitar la vacuna, la segunda a los dos meses y la tercera a los seis meses de la primera.
“Con esta vacunación prevenimos que el Virus del Papiloma Humano persista en el organismo, evitando lesiones que puedan derivar en displasias o en lesiones intraepiteliales. Estas pueden convertirse en cáncer cérvico-uterino después de varios años”, explicó la especialista.
Señaló que el VPH se transmite principalmente a través de relaciones sexuales, por contacto directo de piel a piel o por contacto con mucosas contaminadas. Existen cepas de bajo y alto riesgo. Las de bajo riesgo causan verrugas genitales o condilomas, mientras que las de alto riesgo están asociadas con varios tipos de cáncer, como el de cuello uterino, vulva, vagina, pene, ano y orofaringe.
Finalmente, recomendó a las mujeres con vida sexual activa realizarse pruebas como el Papanicolau o la colposcopía para detectar el cáncer cervicouterino, uno de los más frecuentes.