Las cifras del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), de la Secretaría de Gobernación, indican que, en 2023, cada día fueron reportadas como desaparecidas, no localizadas o localizadas 25 personas de entre 0 y 17 años en México.

Desde que se comenzó a registrar el fenómeno, 106 mil 343 niñas, niños y adolescentes han sido reportados como desaparecidos. De estos, uno de cada seis continuaba sin ser localizada hasta el 30 de agosto de 2024, lo que equivale a un total de 16 mil 388 desaparecidos.

El Estado de México y Quintana Roo destacan como las entidades con mayores índices de desapariciones de menores, con tres mil 593 y mil 598 casos reportados, respectivamente. En total, uno de cada tres casos de desaparición en México se concentra en estas tres entidades, incluyendo la Ciudad de México, donde se reportaron mil 211 desapariciones.

Además, la violencia contra niñas y mujeres adolescentes es una de las preocupaciones más graves, ya que muchas de las personas desaparecidas se encuentran posteriormente sin vida. En el Estado de México, al 30 de agosto de 2024, se había encontrado sin vida al 23.7 por ciento de las niñas y adolescentes desaparecidas. En Tamaulipas, la cifra ascendía al 10 por ciento, según los datos de la Red por los Derechos de la Infancia en México.

Al respecto, la directora ejecutiva de la REDIM, Tania Ramírez Hernández, ha identificado un vínculo entre las desapariciones infantiles y actividades criminales como el tráfico de órganos, señaló que los menores desaparecidos podrían ser víctimas de "apropiaciones ilegales", que incluyen robos para tráfico de órganos, los cuales podrían ser utilizados en rituales, santería o incluso ser vendidos en el mercado negro para trasplantes ilegales.

Aunque no existen cifras oficiales que confirmen la relación directa en México, la ONU estima que entre el 5 y el 10 por ciento de todos los trasplantes de órganos realizados en el mundo provienen del mercado negro; se trata de un negocio ilícito que mueve anualmente entre 840 y mil 700 millones de dólares y las víctimas suelen ser personas de entornos vulnerables, en su mayoría provenientes de familias pobres y sin acceso a educación.

Pese a las múltiples denuncias y advertencias de organizaciones de la sociedad civil, como la REDIM y Amnistía Internacional, el panorama de desapariciones y tráfico de órganos en México requiere una respuesta inmediata y efectiva por parte de las autoridades, por lo que urgen una mayor cooperación para frenar este crimen.