La Real Academia Española (RAE, 1997) define a la natación como “la acción y efecto de nadar”, mientras que Rodríguez 1997 sostuvo ese mismo año que es el “medio que permite al hombre sostenerse y avanzar en el agua”.

El agua es un elemento que se encuentra en nuestro cuerpo cubriendo un 40 o 60 por ciento de su totalidad, así como en la Tierra, abarcando un 70 por ciento de ésta.

La natación apareció desde la época primitiva misma, pues los seres humanos tenían que atravesar ríos o moverse a lo largo de lagunas y lagos, por lo cual nadar era esencial para poder trasladarse de un lugar a otro. De igual manera, para alimentarse, los humanos que se asentaron a las orillas de los ríos tuvieron que aprender a pescar.

Dentro de los primeros registros históricos, la natación formó parte de la educación de los griegos, así como de su entrenamiento militar y como medio de recuperación para los atletas. En la época antigua, el agua era parte esencial para ellos, por lo que construyeron termas, que eran 

piscinas con agua fría y caliente, con baños de vapor, espacios para aplicarse ungüentos e incluían hasta bibliotecas. Estos espacios eran accesibles para cualquier ciudadano de cualquier estatus social.

En la época de la Edad Media, el interés por la natación surge de manera desmedida y, principalmente en Europa, se toma como una actividad beneficiosa para sus practicantes.

Y así llegamos a la Edad Moderna; en Inglaterra, en 1828, se construyó la primera piscina; y en 1837 se llevó a cabo la primera competición reglamentada, siendo hasta 1874 cuando surgió la primera federación de clubes, la Association Metropolitan Swimming Club”.

Fue en los Juegos Olímpicos de Atenas, en 1896, cuando la natación fue contemplada por primera vez como deporte; y en 1908 nació la primera Federación Internacional de Natación Amateur (FINA), teniendo como miembros a Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Hungría y Suecia, que contribuyó a la reglamentación oficial y a estipular un calendario de competencias.

Hay momentos que han quedado marcados en la historia de la natación: en 1912, las mujeres tuvieron su primera participación en esta disciplina durante los Juegos Olímpicos de Suecia. Su práctica en el mundo, así como su evolución, abre paso a diversas competencias dentro de la natación, como pruebas de estilo (50, 100, 200 y 400 metros), nado combinado (200 y 400 metros), relevos, aguas abiertas (cinco, 10 y 25 km) y eventos paralímpicos; así como sus diferentes estilos, como: crol, espalda, pecho, mariposa y combinado: este último se refiere al conjunto de los cuatro estilos anteriormente mencionados en una misma competencia.

En la actualidad, la natación no sólo es considerada como un deporte profesional, sino como un deporte de bajo impacto, lo que permite que personas de cualquier edad, y con diferentes condiciones físicas, puedan practicarla; también se considera como un método de rehabilitación física, ayuda a mejorar la resistencia cardiovascular y a recuperar algunas capacidades físicas.

Además, a la natación se le atribuyen diversos beneficios psicológicos como la reducción del estrés, ya que ayuda a liberar endorfinas (hormonas de la felicidad), a disminuir la ansiedad y la depresión en el practicante; también ayuda al amento de la concentración, mejora la autoestima y contribuye a la interacción social, creando un sentido de apoyo.