El endurecimiento de las políticas de los Estados-Nación ante la migración ha provocado que los migrantes experimenten vulnerabilidad durante sus traslados, lo que afecta su salud mental, según Diana Tamara Martínez Ruiz, de la Secretaría de Desarrollo Institucional (SDI) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante la inauguración del XIV Congreso Internacional sobre Migración y Salud Mental, celebrado en la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), Martínez Ruiz destacó que la migración, en sus formas más extremas, ocasiona estados emocionales y mentales que afectan el bienestar de las personas, tales como ansiedad, depresión, estrés postraumático, crisis de identidad y presiones sociales.
Añadió que la migración no sólo representa un problema social; también deben considerarse las políticas que criminalizan a los migrantes y las desigualdades como el verdadero problema.
Señaló que un enfoque basado en derechos humanos permitirá avanzar hacia un modelo migratorio justo e inclusivo.
Por su parte, Anne-Brigitte Krum-Hansen, representante asistente para la protección del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), indicó que actualmente se vive una etapa crítica, donde la región enfrenta uno de los mayores momentos de movilidad humana. Según cifras del ACNUR, hasta julio de 2024, el 51 por ciento de la población migrante encuestada en territorio mexicano declaró haber huido de su país de origen por violencia, inseguridad y amenazas.
Asimismo, destacó que en 2023, México se posicionó como la sexta nación del mundo con más solicitudes de asilo, después de Estados Unidos, Alemania, Egipto, España y Canadá; cabe destacar que las cinco nacionalidades que más demandan asilo en territorio mexicano fueron: Honduras, Haití, Cuba, Venezuela y El Salvador.