Los precursores literarios del Rey de la Selva.

El análisis crítico de Irene Herner en Tarzán, el hombre mito, no se limita a denunciar sus contenidos políticos, ideológicos y supremacistas, sino además identifica los ascendientes literarios de los personajes centrales, Tarzán y Jane. Los más remotos, según la autora, son Adán y Eva, protagonistas del Génesis, primer libro de La Biblia, en el que se dice que engendraron al primer hombre en las ramas de un árbol; y los hermanos Rómulo y Remo, que fundaron Roma y fueron criados por una loba. 

Los antecesores de Tarzán en la Edad Media fueron el belicoso británico rey Arturo y sus “caballeros de la mesa redonda”; y en la Edad Moderna (burguesa), Emilio, el buen salvaje” del primer enciclopedista francés Juan Jacobo Rousseau; Robinson Crusoe, el náufrago del escritor inglés Daniel Defoe; Mowgly, el personaje central de El libro de las tierras vírgenes, de Rudyard Kipling y Buck, el protagónico perro que en la novela de Jack London escucha El llamado de la selva.

Herner ve en Burroughs la influencia decisiva de sir S. S. Baden Powell, quien durante la Guerra de los Boers en Sudáfrica (1880-1902) en organizó a niños y adolescentes ingleses para que vigilaran la retaguardia del ejército británico acosado por colonos holandeses. El movimiento boy-scouts (niños lobos), creado simultáneamente en 1907 en Inglaterra y Estados Unidos, reprodujo estas unidades infantiles paramilitares con el objetivo oculto de defender el orden imperial burgués.

El éxito mediático y comercial de Tarzán de los monos fue inmenso en muchos países, especialmente a partir de los años 50 del siglo anterior, cuando se extendió el uso de la televisión, que hizo nacer a múltiples personajes de ficción de la misma catadura e intención política. En EE. UU. surgieron Superman (1938) y Batman (1939); en Inglaterra, el Agente 007 (Ian Fleming); y en México Chanoc, Kalimán, además de que alentó a un luchador de tarima a autodenominarse Tarzán López.

Su mayor éxito de mercado se dio después de la Segunda Guerra Mundial, cuando Europa, América Latina y África padecieron la abrumadora inundación de inversiones, propaganda política e ideológica y mercancías made in USA, entre las que resaltaron la muy conocida CocaCola, los autos de la Ford Motors Company, la General Motors y la Chrsyler; los aparatos domésticos de la General Electric y la Westinghouse, los drugs stores, los hot dogs, los hot cakes y las hamburger.

En 1974, Herner Reiss publicó, además, Mitos y monitos, libro previo a éste (1979) e igualmente abocado a detectar las intenciones políticas aparentemente inocuas que se hallan ocultas en el arte popular multidisciplinario.