Es una compilación de ensayos en los que el autor analiza los hechos humanos cotidianos más triviales mediante la aplicación de la llamada “sabiduría popular” o “filosofía casera”. Ferrater Mora (Barcelona, Cataluña, 1912-1991) recurre a dicha forma de ver las cosas cuando afirma que también se guía con rigor filosófico, sociológico y psicológico, aunque reconoce que su falta de metodología científica lo expone a mayores equívocos y manipulaciones propiciadas por las creencias religiosas, políticas y mediático-publicitarias.

Sin embargo, este tipo de pesquisa hace muy atractivo el compendio, ya que en sus páginas abundan lo mismo la grácil reproducción de dichos populares en títulos y análisis de contenido –¿A dónde va Vicente?... ¡A donde va la gente!... La vida es un vaivén…Un tira y afloja…Todo pasado fue mejor…o todo pasado fue peor– que la invocación de los hechos, dichos, usos y costumbres más simples o audaces de gobiernos, partidos políticos, empresas comerciales y artistas populares, los que cotidianamente son reproducidos por la prensa escrita, la televisión y la radio.

Filósofo, ensayista, catedrático universitario y guionista cinematográfico, Ferrater aclara que con la atención que los medios de comunicación brindan a estos personajes públicos logran hacerlos famosos y convertirlos en “celebridades” –es decir, en individuos  merecedores de elogio sin considerar que sus aportaciones a la política, la ciencia, la cultura y las artes son nulas o mediocres, con lo que sólo engendran y cultivan “una especie de virus” que contamina el ambiente intelectual de comunidades enteras con actitudes infames, expresiones artísticas pueriles, chismes de sociedad, modas, etcétera.

A fin de ejemplificar la enorme influencia y el poder de persuasión de la prensa (a la que hoy se suman las redes sociales), en uno de sus ensayos, Ferrater Mora invoca la reelección, en 1984, del entonces presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Ronald Reagan, de quien afirma que sólo fue un ganador relativo o secundario de esa gesta política, porque en realidad la victoria correspondió a los medios de prensa debido a que éstos impusieron a los electores las imágenes y los discursos estereotipados de mayor conveniencia para los intereses de la oligarquía estadounidense.

El autor de Ventana al mundo (1986) fue defensor de la República Española en los años 30 del siglo pasado; después de la caída de ésta en 1939 vivió exiliado en Francia, Cuba, Chile y EE. UU.; y en los años 70 retornó a España. Escribió una treintena de libros, entre los que destaca un Diccionario de filosofía, cuya primera edición se hizo en México.