Inundaciones y deslaves que han arrasado con comunidades enteras, causando daños en infraestructura y en la vida cotidiana de miles de habitantes, así como la muerte de 15 personas es el saldo que dejó a su paso la tormenta tropical John en Guerrero y Michoacán.
La falta de agua y energía agrava aún más la crisis. En muchas localidades, los servicios básicos se han visto interrumpidos. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) reportó que más de 260 mil usuarios se quedaron sin energía tras la tormenta. Aunque se han realizado trabajos para restablecer el suministro, la situación continúa. Además, el suministro de agua potable enfrenta serias dificultades debido a los daños en los sistemas de bombeo y la turbiedad de los ríos.
La suspensión de clases afecta a 21 municipios en Michoacán, incluyendo Morelia y Apatzingán. Las escuelas han sido habilitadas como albergues temporales.
Ante este panorama, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha establecido un centro en el Estadio Olímpico Universitario, donde la comunidad puede donar productos esenciales.
En Guerrero, Movimiento Ciudadano ha abierto dos puntos de recolección en Acapulco y Chilpancingo, destinados a recibir alimentos no perecederos, productos de higiene personal y ropa en buen estado.
La tienda departamental Walmart ha activado centros de acopio en varias sucursales del país, invitando a la población a colaborar con donaciones de alimentos y productos de higiene. En otros estados como Nuevo León y Oaxaca, también se han establecido puntos de recolección para canalizar ayuda hacia las zonas afectadas.
También han solicitado medicamentos básicos y artículos de curación para atender heridas menores; así como productos para mascotas, como alimentos secos o enlatados.