Al menos 500 personas han muerto y más de mil 800 resultaron heridas tras dos días de bombardeos por parte de Israel en Beirut, en el sur de Líbano.
En el último bombardeo, seis personas perdieron la vida, entre ellas Ibrahim Muhammad Kabisi, un comandante de Hezbolá que fue identificado por los israelíes como el responsable de la unidad de misiles y cohetes.
Ante las agresiones bélicas de los sionistas, la población del sur de Líbano ha abandonado sus hogares y buscado refugio en otras ciudades. El gobierno de Beirut, ha contabilizado a más de 10 mil desplazados a quienes ha buscado asilo en escuelas y universidades, según informó la agencia de noticias estatal libanesa NNA.
Por su parte, Israel amenazó con no dar tregua al grupo chií libanés, por lo que acelerará sus ataques: "No podemos darle un respiro a Hezbolá (...). Aceleraremos las operaciones ofensivas y reforzaremos los arsenales. La situación requiere acciones intensivas en todos los frentes", declaró Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor israelí.
A decir de las autoridades sionistas, el Gobierno ha llegado a la conclusión de que solo una solución militar logrará su objetivo de devolver a sus hogares a 60 mil israelíes que vivían en el norte, junto a la frontera con Líbano, y que ahora se encuentran evacuados.
Con información de agencias