Al menos 492 muertos, incluidos 21 niños y 39 mujeres, y mil 645 heridos fue el resultado del bombardeo que las fuerzas de Israel orquestaron en el sur de Líbano, y otros puntos a 150 kilómetros de la frontera, así lo dio a conocer el Ministerio de Salud libanés.
La mañana de este lunes, las fuerzas de Defensa de Israel (FDI) lanzaron una operación sobre mil 300 objetivos de Hezbolá. Esta acción militar es la más reciente en la escalada bélica que Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, ha lanzado contra Hezbolá en Líbano.
Israel justificó su ofensiva al asegurar que su objetivo era destruir misiles de crucero, cohetes de medio alcance y cohetes con ojivas explosivas que Hezbolá supuestamente habría escondido estratégicamente en el corazón de aldeas y en hogares de civiles.
En una conferencia de prensa ofrecida la mañana de este lunes, el portavoz militar israelí, Daniel Hagari, no descartó la posibilidad de una operación terrestre en el Líbano: “¿Está preparado el ejército? Sí, el ejército está en plena preparación y haremos todo lo que sea necesario para que todos nuestros ciudadanos regresen sanos y salvos a la frontera norte”. Y advirtió que ésta es la primera fase, pero que ya se preparan una escalada.
Por su parte, el segundo al mando de Hezbollah aseguró que Líbano está listo para "una batalla sin límites". Las declaraciones de ambos lados sólo han acrecentado los temores de un conflicto regional más amplio en Oriente medio.
“Israel y Hezbollah llevan casi un año atrapados en el horror de la escalada de hostilidades. Pero durante la semana pasada Israel claramente decidió amplificar masivamente sus ataques contra el grupo extremista islámico respaldado por Irán, alegando, según algunos informes, que buscan “escalar para reducir la escalada”: intimidar a su adversario para que llegue a una solución diplomática”, aseguró a CNN el periodista británico Nick Paton Walsh.