Este 23 de septiembre, en su última semana como presidente de México, Andrés Manuel López Obrador estará en Matamoros para develar la escultura de Catarino Erasmo Garza Rodríguez, un revolucionario y periodista originario de Tamaulipas.
El evento de develación de la escultura será presidido por López Obrador, acompañado de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, y otros funcionarios. Aunque se trata de un acto que busca honrar la memoria de un revolucionario, el contexto sugiere que el homenaje también funciona como una muestra del respaldo del Gobierno Federal a Tamaulipas en el cierre del sexenio, y como un mensaje de continuidad política bajo el próximo gobierno.
Además de resaltar el homenaje por la relevancia histórica de Garza, en redes sociales se ha generado polémica porque a lo largo de los últimos tres años, el Gobierno de México ha erogado alrededor de 9.5 millones de pesos en la búsqueda de sus restos en Panamá, con múltiples viajes y uso de tecnología avanzada, incluyendo georradares y drones.
Después de años de búsqueda en Panamá se localizó un hueso de 12 cm que se considera parte de los “restos” del revolucionario, sin embargo, hasta la fecha no se ha confirmado con certeza la identidad del hallazgo, ni se han presentado pruebas concluyentes sobre su pertenencia a Catarino.
A pesar de los millones invertidos en la búsqueda de los restos de Garza, muchos críticos señalan que esos recursos podrían haberse destinado a prioridades más urgentes, como la localización de los más de 115 mil desaparecidos en México.