Tras quedar atrapadas en los enfrentamientos entre grupos del crimen organizado en la región de Buenavista y localidades cercanas, cerca de 300 personas han buscado refugio en Tancítaro, Michoacán.
En un primer arribo, 170 individuos llegaron a Tancítaro y, hace un par de días, se unió un nuevo grupo de aproximadamente 100 personas; sin embargo, sólo 50 permanecen en la Casa Pastoral de la Señora de la Esperanza.
Los desplazados provienen de localidades como La Colonia, El Caracol, Garachico y La Luna, todas situadas a menos de una hora de Pareo. Las familias, en un intento por escapar de la violencia, viajaron a pie, enfrentando caminos deteriorados y la amenaza de minas colocadas por sicarios.
Uno de los testimonios de los afectados reveló el ambiente de miedo: “como la primera vez que nos venimos, unos hombres estuvieron en mi casa y en la del vecino. Decidimos irnos al ver que el peligro aumentaba”. Los niños, sin poder asistir a clases, presenciaron la irrupción de civiles armados y los disturbios provocados por el conflicto, donde se usaron explosivos.
La comunidad de Tancítaro, en conjunto con la iglesia, ha brindado apoyo a los desplazados, proporcionando víveres y un lugar para dormir. A pesar de la situación, los afectados mantienen la esperanza de regresar a sus hogares y recuperar sus pertenencias.