En el marco del Día Mundial de la Prevención del Suicidio, este fenómeno muestra un incremento en México, con la población de 15 a 24 años siendo la más afectada. El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha señalado que por cada suicidio consumado hay al menos 20 intentos.

Asimismo, el IMSS reconoció que el suicidio es un problema de salud pública y se encuentra entre las principales causas de muerte en México; las tasas más altas se encuentran en los estados de Chihuahua, Yucatán y Aguascalientes.

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2017 la tasa fue de 5.3 por cada 100 mil habitantes (alrededor de seis mil 494 personas). Para 2022, esa cifra aumentó a 6.3 (aproximadamente ocho mil 123 personas).

Además, el suicidio es la tercera causa de defunción en la población de 15 a 24 años en México, después del homicidio y los accidentes. Los datos también muestran un incremento en esta franja etaria. En 2016, la tasa fue de 6.9 por cada 100 mil habitantes, y en 2022 subió a 7.7.

Los menores de 10 a 14 años también presentan una tendencia hacia la muerte autoinfligida. En este grupo, la tasa aumentó de 2 a 2.1 por cada 100 mil habitantes entre 2016 y 2022.

El INEGI informó que las tasas más altas de suicidio se encuentran en los estados de Chihuahua, Yucatán y Aguascalientes, mientras que las más bajas se reportan en Oaxaca, Veracruz y Guerrero.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que el suicidio puede estar asociado a condiciones mentales como la depresión.

Durante la pandemia de COVID-19, se registró un aumento del 25% en casos de depresión y ansiedad, alcanzando casi mil millones de personas con alguno de estos trastornos. Datos del INEGI indican que en 2023 hubo ocho mil 745 casos.

En 2021, el Gobierno Federal reconoció que al menos 3.6 millones de adultos sufrían de depresión en México, de los cuales el 1 por ciento correspondía a casos severos, según un estudio de los Servicios de Atención Psiquiátrica.

Transición legislativa

En 2022, el marco legislativo cambió. En abril, se reformó la Ley General de Salud, y por primera vez en la historia del país se reconoció que la atención a la salud mental debe ser universal y respetar los derechos humanos. Esta reforma llevó a México a ser el primer país en la Región de las Américas en contar con una estrategia pública definida, traducida en el Programa Nacional para la Prevención del Suicidio (#PRONAPS).

El objetivo del programa es establecer mecanismos de intervención para la atención de personas en riesgo y en situación de salud, otorgando a la salud mental y la prevención de adicciones un carácter prioritario dentro de las políticas de salud del país.

Además, se enfatizó que los tratamientos deben brindarse conforme a lo establecido en materia de derechos humanos en la Constitución y los tratados internacionales.

La nueva ley prohibió los internamientos forzados y, por primera vez, estableció que cualquier persona debe recibir atención por síntomas asociados con problemas de salud mental, como la ansiedad; sin embargo, los especialistas aseguran que en México, la política pública para la prevención del suicidio sigue siendo insuficiente, enfocándose principalmente en campañas de sensibilización en lugar de desarrollar un sistema integral de atención y prevención.