Los casos de enfermedad renal crónica y de leucemias agudas infantiles se han incrementado en los municipios por donde pasa la parte alta del río Atoyac. La cuenca del Alto Atoyac abarca 84 municipios de los estados de Tlaxcala y Puebla, incluidos San Andrés Cholula, Ocoyucan y la ciudad de Puebla. A partir de 1937 se han establecido a lo largo del río Atoyac empresas de la industria textil, agrícola, metalúrgica y automotriz que no tratan sus aguas residuales y las descargan directamente en el río, generando niveles de contaminación exacerbada y problemas de salud en las comunidades cercanas. A los desechos industriales se suman también las descargas de drenajes municipales que no son adecuadamente tratadas.
En consecuencia, desde las décadas de 1990, 2000, 2010 y en el año 2019, los estados de Puebla y Tlaxcala han presentado las tasas de mortalidad por enfermedades renales crónicas más altas del país entre las personas de 15 a 49 años. De hecho, en la zona de influencia del río Atoyac, la tasa de mortalidad de los jóvenes se ha incrementado en un 58% en la última década, según consta en el Primer informe estratégico cuenca del alto Atoyac (Tlaxcala y Puebla) del Conahcyt.
En septiembre de 2020, la Semarnat y los gobiernos de Tlaxcala y Puebla firmaron el Convenio Marco para el Saneamiento del río Atoyac, con visitas de inspección y verificación a cargo de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. Sin embargo, en octubre de 2023, en el segundo foro regional “Diálogo entre comunidades, academia y gobierno sobre el problema multidimensional de contaminación en la cuenca del alto Atoyac”, organizado por Conahcyt y la Benemerita Universidad Autónoma de Puebla, se presentaron varios estudios apuntando que en el río Atoyac se hallaron sustancias químicas como arsénico y metales pesados que pueden resultar cancerígenos y provocar distintas afecciones en concentración superior a las metas de calidad. Metales como cadmio, plomo, cromo, mercurio, hierro y manganeso se hallaron en concentraciones superiores a las metas de calidad analizadas en las distintas zonas del río.
Los problemas de salud focalizados en el río Atoyac están lejos de solventarse, pues no se está actuando sobre los factores que contribuyen a la aparición de las enfermedades. Las acciones de los distintos órganos de gobierno se centran en el tratamiento de las afecciones, en tratar las enfermedades, pero no abordan las causas del problema, no abordan la contaminación con desechos tóxicos generada por las empresas textiles, agrícolas, metalúrgicas y automotrices. Otro de los determinantes de este problema es la inadecuación, la inexistencia y falta de observancia de la normatividad ambiental mexicana. Ciertamente, en México tenemos algunas regulaciones ambientales, pero se violan con facilidad. Las inspecciones y revisiones a las compañías contaminantes en el río Atoyac son a todas luces insuficientes. Por ello, debemos exigir a nuestros gobernantes actuales y futuros mayor rigidez y vigilancia en los permisos ambientales que otorgan y para las concesiones que ya existen. Si permitimos que continúen envenenando nuestros ríos, las compañías y los gobiernos que las protegen seguirán envenenando nuestros cuerpos y los mexicanos de a pie seguiremos siendo quienes paguemos los platos rotos con nuestra salud y nuestra propia vida.