A pesar del esfuerzo por mejorar la accesibilidad durante la XVII edición de los Juegos Paralímpicos, el resto de París aún no cuenta con las mismas medidas para la integración de las personas con capacidades diferentes (pcd).
Los paratletas han declarado que la Villa Paralímpica fue diseñada para facilitar el desplazamiento, esparcimiento y estancia de los competidores, implementando medidas como scooters y surtidores de agua a medida, entre otras; sin embargo, aunque se han realizado mejoras en la ciudad, el propio gobierno estima que hasta 2025 el 91 por ciento de los edificios municipales serán accesibles para personas con discapacidad.
De manera similar, el sistema de metro de París, con 124 años de antigüedad, representa el mayor desafío para la Ciudad de la Luz, sólo el 25 por ciento de la red ferroviaria que recorre el centro de París es accesible y únicamente una línea del metro lo es en su totalidad.
Respecto a la accesibilidad en la Villa Olímpica, la situación del atleta iraní Morteza Mehrzadselakjani, miembro del equipo de voleibol sentado y considerado el más alto en la historia de los Juegos, con una estatura de dos metros con 46 centímetros, ha sido problemática. Ha tenido que dormir en el suelo debido a la falta de una cama adecuada para su tamaño.
La solución que ofreció el Comité Paralímpico Internacional (CPI) fue proporcionarle un par de extensiones de cama; pero, no fueron suficientes.