El Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) incluyó entre los 100 compromisos que presentó al inicio de su sexenio la creación de un sistema de salud de primer nivel, universal, gratuito y de calidad, con atención médica y medicamentos gratuitos, además de contar con médicos generales y especialistas, así como estudios diagnósticos en los centros de salud y equipos completos para realizarlos, asegurando la disponibilidad de los fármacos necesarios tanto para la población con seguridad social como para aquellos que no cuentan con ella; sin embargo, especialistas refieren que lejos está el sector salud de México de parecerse al de Dinamarca, como prometió el Jefe del Ejecutivo.

De acuerdo con el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco (UAM-Xochimilco), Gustavo Leal Fernández, el Presidente de México implementó "una suerte de política de contención", pues tras eliminar el Seguro Popular, vigente desde 2003 hasta 20108, implementó el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi), mismo que sustituyó con el Organismo Público Descentralizado (OPD) IMSS Bienestar; pero, con ninguno logró la cobertura universal que comprometió.

El investigador destacó que el Seguro Popular daba atención a la población sin seguridad social; pero, en el caso de las enfermedades con costos elevados, sólo tenía cobertura para niños de hasta cinco años y no cubría todos los tipos de cáncer.

Con la instrumentación del Insabi, el experto consideró que se hizo de forma desordenada al no contar con una propuesta definida y desarrollada, además de tener que enfrentar la pandemia por Covid-19 durante su transición, lo cual afectó la economía del país.

Reconoció que el sector salud ha enfrentado temas controversiales, como la eliminación del Fideicomiso del Sistema de Protección Social en Salud, del cual dependía el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, destinado a atender enfermedades de la población sin seguridad social, como operaba el Seguro Popular.

Explicó que dicho fondo proporcionaba recursos monetarios en las 32 entidades federativas para la atención de 66 enfermedades, entre las que se encontraban el cáncer y el VIH/SIDA.

A esta situación, se suman los datos de la Dirección General de Información en Salud, los cuales refieren que en 2018 (previo a la administración de López Obrador) se registraron más de 97.6 millones de consultas externas en la Secretaría de Salud, mientras que, en 2022, en pleno pico de la pandemia, estas cifras bajaron a 45.7 millones.

En cuanto al abastecimiento de medicamentos, un reporte de la organización Cero Desabasto mostró que en el IMSS el número de recetas no surtidas o parcialmente surtidas fue de 1.4 millones en 2018, 15.8 millones en 2020 y 12.5 millones en 2022, lo que evidenció una clara agudización del problema.

Finalmente, en materia de vacunación, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua reveló que sólo el 42.6 por ciento de los niños cuenta con el esquema completo de vacunación al año de edad; toda vez que entre 2012 y 2018 la cobertura era de 74.2 por ciento; pero, descendió a 49.9 por ciento, en el gobierno de López Obrador.