En los últimos cuatro años, el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) ha recurrido al uso excesivo de la fuerza en tres mil 578 ocasiones durante operativos en la frontera con México durante la persecución de migrantes, ya sea a pie, en vehículos o lanchas.

Los agentes de CBP justifican que la violencia extrema a la que han sometido a más de tres mil 500 episodios a los migrantes son para “hacer valer la ley, incluso hasta el punto de recurrir a la fuerza letal”; sin embargo, activistas y demandas judiciales revelan que en muchos de estos incidentes no era necesario llegar a niveles de violencia extrema e incluso a asesinatos.

De acuerdo con la Coalición Comunitaria de la Frontera Sur (SBCC, por sus siglas en inglés), 169 personas han muerto en operativos del CBP en los límites con Texas y Arizona en este período. A pesar de estas muertes y las denuncias de familiares y defensores de derechos humanos, la Junta Nacional de Revisión del Uso de la Fuerza (NUFRB) del CBP ha determinado que la mayoría de los incidentes cumplían con las políticas de la agencia.

El informe de la NUFRB refiere que en 2021 se reportaron 794 incidentes, cifra que aumentó a 998 en 2022 y a mil 107 en 2023; asimismo, destacó que para este 2024 ya se han registrado 679 casos, con un creciente uso de vehículos y armas de fuego para someter a migrantes.

Finalmente, la SBCC criticó la falta de capacitación adecuada para los agentes, lo que ha contribuido a la pérdida de vidas de cientos de migrantes. En estados como Texas, donde históricamente se han registrado altos niveles de violencia en la contención de cruces ilegales, la situación es particularmente grave.