El crimen y la violencia en América Latina y el Caribe tienen un costo equivalente al 3.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) regional, lo cual “aumentan el costo de hacer negocios, debilitan el estado de derecho y representan un obstáculo para el desarrollo y el crecimiento”, afirmó Ilan Goldfajn, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), durante una Cumbre de Seguridad en Ecuador.

El presidente del BID destacó que la prioridad para la región debe ser limitar la influencia del crimen organizado en las comunidades más vulnerables, fortaleciendo las instituciones estatales y cortando los flujos financieros que alimentan a estas organizaciones.

Por su parte, el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, subrayó la necesidad de una colaboración internacional para enfrentar la "globalización" del crimen; además, enfatizó que “derrotar al terrorismo y a sus redes criminales es una misión urgente que requiere cooperación internacional y el apoyo de organismos multilaterales”.

En línea con esta postura, la ministra del Interior de Ecuador, Mónica Palencia, explicó que la delincuencia organizada funciona como una empresa criminal con flujos financieros globales, producto del tráfico de armas y otros ilícitos; asimismo, señaló que estos grupos utilizan su poder económico para corromper e infiltrar instituciones gubernamentales.

Finalmente, indicó que Ecuador cerró 2023 con una cifra récord de 47 homicidios por cada 100 mil habitantes, lo cual refleja el grave impacto de la criminalidad en el país.