Desde 2017 a la fecha, 110 policías en México se han quitado la vida, según un estudio realizado por Proyecto Azul Cobalto. De estos, 41 eran policías municipales, 35 estatales, 20 ministeriales, 12 de la Guardia Nacional y tres pertenecían al sistema penitenciario.
El estudio detalló que 61 de los agentes se suicidaron durante su día de descanso, mientras que 46 lo hicieron cuando estaban en servicio. Del resto de los casos no se dispone de información específica.
Asimismo, Proyecto Azul Cobalto, con base en un análisis de Causa Común, atribuyó estos suicidios a las duras condiciones laborales a las que están sometidos los policías, quienes a menudo trabajan jornadas de hasta 24 horas o más. En ese entorno, muchos enfrentan niveles extremos de estrés, ansiedad, depresión, incertidumbre laboral e incluso amenazas del crimen organizado.
Estas condiciones, según el estudio, generan problemas psicológicos y emocionales que, si no se abordan adecuadamente, pueden derivar en trastornos psiquiátricos graves, poniendo en riesgo la vida de los agentes.
Ante esta situación, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión instó a las autoridades de los distintos niveles de gobierno, incluyendo al Gobierno Federal, a implementar programas de salud pública enfocados en el bienestar mental de los policías.