En junio pasado, México registró un total de seis mil 213 millones de dólares en remesas, un crecimiento del 11.3% en comparación con el mismo mes del año anterior, el flujo mensual más alto de ingresos enviados por los migrantes mexicanos desde el exterior, según datos del Banco de México (Banxico).

Asimismo, reportó que, en promedio, cada hogar receptor de remesas ingresó 419 dólares, cifra que marca un récord histórico. Este ingreso es crucial para millones de familias mexicanas que dependen de estas transferencias para su sustento diario, educación, salud y otras necesidades básicas.

Durante el primer semestre de 2024, México acumuló 31 mil 343 millones de dólares por concepto de remesas, consolidando su posición como uno de los países más beneficiados por estos flujos financieros a nivel mundial.

Además, el informe de Banxico destacó que el 99 por ciento de las remesas se emitieron a través de transferencias electrónicas, un .8 por ciento de los recursos enviados se realizaron en efectivo o especie, mientras que apenas el .2 por ciento corresponde a las tradicionales "money orders".

Para el economista en jefe de BBVA, Carlos Serrano, el aumento en el flujo de remesas, no es un logro; por el contrario, significa que en México hay falta de oportunidades, falta de salarios bien remunerados que le permita a los mexicanos quedarse en su país.